PS_NyG_1996v043n001p0007_0038

SERVICIOS Y TAREAS ECLESIALES DE LA MUJER EN LA IGLESIA. 9 es decir, los seguidores de una profetisa llamada Quintila, la cual fundó esta secta en Pepuza (Frigia). En ella ejercen las mujeres de obispos y sacerdotes, porque según las palabras de Pablo, no hay que hacer diferencia de sexos, pues «en Cristo no hay varón ni mujer» (Gal 3, 28) 10. Vamos a ocuparnos ya de los autores y documentos cristianos antiguos que ofrecen mayor interés para nuestro tema. Como por ahora no vamos a tratar del problema del posible acceso de la mujer al sacerdocio, la cuestión se centra en los dos grupos más activos en el campo ministerial durante los primeros siglos: mudas y diaco- nisas. I. LAS VIUDAS Jesús y los apóstoles reflejaron en su conducta y en sus ense­ ñanzas el amor y aprecio a los pobres, a los marginados, a los nece­ sitados. Esta clase de personas se expresa con frecuencia con la frase «huérfanos y viudas». Esto provenía ya del A.T. La carta a Timoteo exhorta: «honra a las viudas» (1 Tim 5, 3). El apóstol Santiago, reco­ giendo el espíritu del A.T., afirma que la «verdadera religión consis­ te en “visitar a los huérfanos y viudas en su tribulación”» (Sant 1, 27). Pero en las comunidades cristianas, las viudas de sujetos pasi­ vos de atenciones, pronto pasaron a ser sujetos activos de apostola­ do y servicios de caridad. Este cambio se aprecia ya en las cartas pastorales a Tito y Timo­ teo. En 1 Tim 5, 9-12 se adviete que para ser inscritas en el catálogo de las viudas no deben tener menos de sesenta años y haberse distin­ guido por sus buenas obras: «haber educado bien a los hijos, practica­ do la hospitalidad, lavado los pies de los santos (cristianos), socorrido a los atribulados y haberse ejercitado en toda clase de obras buenas». La carta a Tito habla de las «ancianas», que se supone son tam­ bién viudas, y pide que sean «maestras del bien para que enseñen a 10 Pan. haer. 49, 1-3; PG 41, 880-881. Se refiere evidentemente a los monta­ ñistas. El nombre de Quintila no aparece en otros autores, a no ser en los que copian a Epifanio.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz