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SERVICIOS Y TAREAS ECLESIALES DE LA MUJER EN LA IGLESIA ANTIGUA 1 Los testimonios más elocuentes de las actividades ministeriales de la mujer en la Iglesia de los primeros siglos nos los ofrecen los libros apócrifos y otros escritos no canónicos. Los Hechos de Pablo y Tecla refieren que Tecla fue enviada por el apóstol Pablo a predi­ car, que tuvo gran éxito entre las mujeres y logró muchas conver­ siones 2. Del influjo de esta obra baste decir que fue aceptada en varias iglesias como canónica 3. Tertuliano refiere que hay quienes apelan a la autoridad de Tecla para reivindicar la potestad de ense­ ñar y de bautizar4. Otro testimonio muy antiguo no cristiano es el de Plinio el Joven. Hacia el año 112 escribe al emperador Trajano pidiéndole consejo sobre cómo tratar a los cristianos. En esta carta famosa, en la que se menciona de pasada a Cristo, dice: «Procuré informarme sobre lo que había de cierto de los cristianos y lo conseguí hacien­ do torturar a dos esclavas, que eran designadas como “ministrae”» (servidoras) 5. El término ministra pudiera ser la traducción de diá- konos o diakonissa, pues por este tiempo es posible que ya se 1 Este estudio reproduce con leves modificaciones el cap. V de nuestra obra inédita La mujer y los ministerios en la historia de la Iglesia. El cap. IX ya se publi­ có en Naturaleza y Gracia 42 (1995) 103-128. El cap. VI sobre La ordenación de las diaconisas salió en Proyección 42 (1995) 111-126. En esta última revista acaba de publicarse el cap. IV sobre Los ministerios de la mujer en el Nuevo Testamento, Proyección 42 (1995) 287-302. 2 Cf. M. E rbetta , Gli Apocrifi del Nuovo Testamento, 11. Atti e Legende , Casale 1966, pp. 258 ss. 3 Cf. ibid., pp. 250-252. 4 T ertuliano , De baptismo 17, 4; CCL I, 291-292. 5 P unió el J oven , Epistolarum liber 10, 96; cf. Kirch, Enchiridion fontium hist. eccles. antiquae, n. 30.

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