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tan lírico como el poeta inglés John Masafied cuando dice que el lirio de la primavera bendice el corazón del hombre: «Oh lirio encendido de blanco , ábrete a mi corazón y puedo yo florecer para los hombres». Al lado de Jesús, el lirio, porque «el nacimiento de Jesús fue como el olor de un campo lleno de flores»19. En torno a la revista El Santo floreció una estupenda juventud: los «Clubs Sociales Santistas», que durante muchos años trabajaron en el campo social, clubs recreativos, de formación humana y reli­ giosa. A los jóvenes no les gusta llevar la flor de la pureza en la solapa, pero sí celebraron la flor antoniana creando el Día de la Juventud. Todas las semanas las casas franciscanas se llenaban del olor de los panecillos recientes para los necesitados. La casa de El San to ha cambiado el panecillo por obras más importantes. Lo mismo que el borriquillo del Buen Samaritano, se ha convertido en rápidas ambulancias; en la casa de El Santo el panecillo anto- niano se ha convertido en un Colegio de 400 alumnos, en ayuda al Proyecto Hombre, en subvenciones a la «cocina económica», en una asistencia social organizada y fuerte. El mayor milagro de san Antonio ha sido el hambre que ha saciado a través de los siglos. Santo d e p a n y flores: Desde el breve cepillo parroquial hasta el restaurante sin caja registradora de la ciudad de San Francisco, en California, donde el Pan de san Antonio gasta 600.000 dólares anua­ les y los pobres tienen ropa, clínica, barbería, peluquería, duchas, lavandería y residencia para hombres y mujeres... Cuando Pío XII nombró Doctor de la Iglesia a san Antonio, se cuenta que un carde­ nal comentó: «El Vaticano nunca acierta del todo; el pueblo le hubie­ ra dado una categoría mayor: lo hubiera nombrado «Panadero mayor d el cielo». LA DEVOCIÓN POPULAR A SAN ANTONIO EN TORNO... 649 19 San Antonio, o. c., t. II, p. 121. «Nativitas Jesu Christi quasi odor agri fiori- bus pieni».

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