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LABOR EVANGELIZADORA DE LOS CAPUCHINOS.. 635 ocho años. Era el primer centro de enseñanza que se implantaba en el barrio 85. Pese al elevado número de alumnos, la escuela comenzó con un solo maestro; más tarde llegaría a dos. Los frailes estuvieron desde el primer momento encargados «de la alta dirección y del cui­ dado espiritual de los niños». La única aportación económica que se exigía era el pago de cinco pesetas en concepto de matriculación 86. Como este ingreso no bastaba y los frailes no disponían de capital, se acudió al Ayuntamiento de la ciudad, solicitando ayuda. Durante los dos primeros años se recibió una subvención. La nueva legislación emanada del Congreso impidió, sin embargo, que ésta continuase. En El Mensajero de San Antonio apareció un artículo, doliéndose de estas medidas injustas y pidiendo a los lectores las 3.000 pesetas anuales que costaba mantener abiertas las escuelas 87. La Escuela de San Antonio llevó fama de seriedad en el trabajo. Intentaba formar personas y un aspecto importante de ella lo ocu­ paba la formación religiosa. A los alumnos se les exigía el compro­ miso de asistir al rezo del rosario los sábados y a la misa los domin­ gos. En este ambiente es donde nace la Escolanía de San Antonio, que tanto ayudó a elevar el nivel litúrgico y artístico de las celebra­ ciones de la capilla, como se hizo notar anteriormente. La crónica de la casa cita por primera vez a la escolanía interviniendo en la novena de la Inmaculada de 1929. En diciembre de 1930 la compo­ nían 19 voces y en su época cumbre, 36. Recuerda su creador y direc­ tor, P. Cristóbal de Eraul, que «su historia fue larga y apretada de actuaciones en teatros e iglesias, en bodas y fiestas religiosas y populares. Fue la gran atracción de la capilla de San Antonio. Duran­ te muchos años sonó por las emisoras y altavoces del Pilar la famo­ sa jaculatoria del maestro Agüeras, grabada en disco por los cantor- cicos de San Antonio»88. 85 En la otra parte del canal, aunque cercanos al barrio, había escuelas de enseñanza primaria regentadas por religiosos: la de los HH. de las Escuelas Cristia­ nas, la de La Milagrosa y la Fundación Duquesa de Villahermosa. 86 Crónica, pp. I4s. El P. Víctor de Legarda fue el primer director de la escuela. 87 El Ayuntamiento subvencionó con 3.000 pesetas el año 1929. Debido a la legislación vigente, al año siguiente sólo pagó 2.000 pesetas. Crónica, pp. 14, 37; El Mensajero, n. 3 (1930) 64. 88 Crónica, pp. 16, 41; Parroquia de San Francisco de Asís..., p. 5.

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