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632 LUIS ORTIGOSA RODRÍGUEZ ha sido, posiblemente para muchas personas, uno de los principales alimentos de su fe. Las formas exteriores seguían siendo pobres, excesivamente pobres en cuanto al papel empleado y la fotografía o dibujo elegi­ do, aunque parece que nunca llegaron a preocupar demasiado a su director, mientras su contenido fuera rico y adaptado al pueblo sen­ cillo. Con resonancia bíblica, decía en 1939: «Humilde es la revista; pero con una honda y una piedra postró David en tierra al gigan­ te»79. Y en 1961 repetía de forma poética: «Aunque de humilde apa­ riencia, con sencillo traje de campesina, nuestra revista se extiende por toda España»80. La tercera etapa de la revista comenzó a partir de 1962 y ha coincidido con la labor de los tres últimos directores: Martín Sáenz de Vicuña (1962-1986), Gonzalo Olaortúa (1986-1990) y Luis Orti­ gosa (1990-1995). Al margen de la aportación personal de cada uno de ellos, que para ser justos habría que analizar con detalle, aunque éste no parece ser el momento, se puede advertir que ha habido en la revista actual una evolución en cuatro campos dife­ rentes: — Aspecto externo: Ha aumentado la calidad del papel inte­ rior, calidad que se mantiene uniforme en todos los núme­ ros; ha aumentado el número de sus páginas, actualmente de 36; mejoraron los métodos de impresión y maquetado; las ilustraciones son abundantes: algunas son fotografías, la mayoría dibujos originales de un profesional; mejoraron la portada y contraportada, a todo color y con variedad de motivos, siempre a tono con el mes de que se trate o el tema principal que se toque en la revista. — Redactores: Se han ido incorporando colaboradores a la redacción, la mayoría fijos; otros, esporádicos. Algunos son especialistas en la temática de la sección que dirigen y todos están suficientemente documentados sobre el tema que tra­ tan. Los trabajos son originales casi en su totalidad. 79 El Mensajero, n. 109 (1939) 2. 80 El Mensajero, n. 363 (1961) 2. /