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LABOR EVANGELIZADORA DE LOS CAPUCHINOS.. 619 Si admitimos, según decía el cronista, que las limosnas son una señal también de la devoción al santo, hay que afirmar que éstas han sido abundantes, tanto a través de los cepillos de la iglesia, como en la portería y, sobre todo, en la revista El Mensajero d e San Antonio. Estas limosnas son las que han hecho posible el «Pan de los pobres» en su sentido amplio: desde el «panecillo»43 y otras ayu­ das concretas, que se reparten sobre todo en portería todos los días, hasta actividades evangelizadoras realizadas por los frailes en estas casas y también ayudas para remediar necesidades concretas o sos­ tener proyectos en favor de los pobres en cualquier otra parte del mundo: en 1993 se distribuyeron 35 millones de pesetas, y en 1994, 31 en este concepto44. Otro dato que también podría indicar que san Antonio ha cala­ do en el barrio, es el hecho de que hoy sea el patrono de todo Torrero y celebre sus fiestas en torno a la fiesta del santo, el 13 de junio. Sin embargo, cuando los capuchinos comienzan su labor evangelizadora en el barrio de Venecia, la Virgen del Carmen era la patrona de la zona. Desconozco desde cuándo y por qué. Los capu­ chinos intentaron partir de esta realidad, para crear una auténtica devoción a María. Para ello, el recuerdo que hacían de la Virgen todos los sábados, se centraba en la Virgen del Carmen, se prepara­ ba su fiesta con una solemne novena y se llegó a formar una cofra­ día a su nombre 45; sin embargo, nada de ello se afianzó. En honor a san Antonio se realizaban en la capilla las devocio­ nes tradicionales: todos los martes del año estaban dedicados a su recuerdo, celebrándose de forma especial los Trece Martes anterio­ res a su fiesta. En su honor también se creó la Pía Unión de San Antonio de Padua. Fue en 1930, aunque hubo que esperar hasta septiembre de 1935 a que se señalase el segundo domingo de mes como fecha en la que corporativamente honraran al santo. A través de varios números El M ensajero explicó en qué consistía la Pía Unión 46. En 1936 contaba con 270 asociados, aunque su vitalidad 43 En 1937 se repartían bollos de medio kilo, que suponían al año unos 4.000 kilos (Crónica, p. 214), y en 1995 se acercan a los 20.000. 44 El Mensajero, n. 743 (1994) 102; n. 756 (1995) 174. 45 Crónica, pp. 9, 11, 20, 113. 46 El Mensajero, n. 67 (1935) 113s., 130, I45s.

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