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LA RELIGIOSIDAD POPULAR EN TORNO A SAN ANTONIO. 581 el modo fascinante de la exposición. En el Evangelio no hay ni sombras de silogismos filosóficos ni de discursos abstractos. El len­ guaje de Jesús es un mosaico al vivo de parábolas, alegorías, refra­ nes y tertulias de sobremesa. La pedagogía del Maestro es coloquial y evocadora. El pueblo estaba pendiente de un proyecto sugestivo de vida que tomaba la forma de pregón, de cuento, de leyenda o de velada al amor de la lumbre. En rigor, el Jesús más humano y cercano sentimental y efecti­ vamente al pueblo es el predicador itinerante que comparte con los hombres de su tiempo el pan de la mesa y el pan de la palabra, los problemas de marineros y campesinos, la fatiga y la esperanza de los caminos. Es una teología de encarnación en la vida y para la vida, con sus trabajos y afanes y poblada de signos y símbolos de la naturaleza y de la gracia, a pie de obra. Es una catequesis diná­ mica en que cobran vida y sentido todos los papeles de la repre­ sentación. El argumento, el nudo y el desenlace son las sementeras, las espigas doradas y las mieses en sazón; los viñedos a punto de vendimia; las higueras, al borde del camino, con sus brotes tiernos; los pescadores remendando las redes y la pesca milagrosa; las pal­ meras al aire del paseo triunfal; los pajarillos cantando su libertad, y los lirios del valle floreciendo en primaveras de providencia... En la era industrial ha habido un desplazamiento de las bases y un cambio de escenario de la religiosidad popular. La masa del pueblo vive hoy en las grandes ciudades, en las villas y en las modernas urbanizaciones protegidas o en los suburbios del extra­ rradio. Han perdido el contacto directo con la naturaleza y habría que ir pensando en las nuevas form as expresivas de evangelizar, adaptadas a la mentalidad y al medio. PROCESO A LA DEVOCIÓN POPULAR La cuestión de fondo, al margen de lo anecdótico y periférico, es una mentalidad de rechazo, de hostilidad y de ruptura con el pueblo, como estructura y como estilo. En una perspectiva de leja­ nía afectiva y efectiva, la visión del pueblo se realiza a través de gafas ahumadas y el pueblo aparece como grosero, burdo, ignoran­ te, zafio, ordinario, rústico, iletrado, inculto. A este sartal de linde-

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