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572 ALEJANDRO VILLALMONTE Me parece que no hemos magnificado a nuestro «héroe», Anto­ nio de Padua, hasta hacer de él un profundo pensador sobre el Mis­ terio de Cristo, como Buenaventura o Escoto. Pero sí que merece ser reconocido como un profundo sentidor del Misterio al estilo y forma de Francisco y de los propios san Buenaventura y Duns Esco­ to que, además de doctores, fueron santos. Con este criterio, me parece que hemos mantenido un justo medio al describir primero la enseñanza de Antonio sobre Cristo pobre y crucificado y al ponerla luego en relación con lo más característico de la cristología, ya muy elaborada, de los teólogos franciscanos Buenaventura y Duns Esco­ to 60. Una dimensión importante de la buscada franciscan idad del Doctor Evangélico. La presencia e influencia de éste en el primero de una nueva forma de vivir al Misterio de Cristo pobre y crucifi­ cado, Rey del Universo. Esta form a vitae en la que Antonio está pre­ sente y operante, y en la que es estimado como tal, constituye la madre tierra de cultivo, crea las condiciones de posibilidad indis­ pensables para que surja la alta y profunda Speculatio sobre el Mis­ terio de Cristo en los doctores posteriores. Alejandro V illalmonte Ramón y Cajal, 5-7 37002 Salamanca 60 Los autores medievales de las Vidas antonianas buscaban la franciscanidad de Antonio en la línea de la similitud y congenialidad espiritual con Francisco en torno al modo de vivir el Misterio de Cristo pobre y crucificado y Rey del universo. Sin abandonar esta dimensión, los estudios modernos (desde 1946) sobre el santo de Padua como Doctor Evangélico buscan también la «franciscanidad» de Antonio de cara a los máximos representantes de la Cristología cultivada por la tradición francis­ cana. Así se percibe en las dos colecciones de Estudios sobre san Antonio, citados en nota 1: Antonio Dottore..., y los de la rev. II Santo, 1982.

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