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LA IMAGEN DE CRISTO EN SAN ANTONIO DE PADUA 567 en dirección hacia las raíces en las vivencias sanfranciscanas del Misterio de Cristo y en dirección hacia adelante: las reflexiones/ especulaciones de los teólogos posteriores. Para realizar este trabajo me parece conveniente cotejar la doctrina antoniana sobre el Miste­ rio de Cristo con la vivencia y doctrina que otros franciscanos han tenido sobre el mismo Misterio: a ) relación de la visión de Antonio con la experiencia sanfranciscana de Cristo pobre y crucificado; b ) relación con la cristología bonaventuriana en aquello que, al menos en la actualidad y para nuestro intento, resulta de más atra­ yente estudio: la Teología/Cristología de la Cruz del Doctor Seráfi­ co; c) en referencia a la enseñanza, originariamente «escotista», y ahora universalmente franciscana, sobre el primado absoluto de Cristo, tal como la inicia el Doctor Sutil. El primero de los momentos indicados, el cotejo entre la expe­ riencia sanfranciscana y la antoniana sobre Cristo pobre y crucifica­ do, no debería ofrecer mayor dificultad. Existe una congenialidad y consanguinidad espiritual entre ambos santos. Cierto es que el «estaurocentrismo» espiritual de Antonio no lo encontramos tan pro­ fundamente testimoniado como el del estigmatizado del Alverna, y ello tanto a nivel descriptivo/narrativo de las diversas Leyendas como al alto nivel teológico que san Buenaventura confiere a las narraciones de los biógrafos. Pero los textos de las Vidas, antes adu­ cidos, muestran que las fraternidades en las que vivió Antonio y el ambiente en que las Vidas fueron escritas veían una continuidad clara entre la espiritualidad estaurocéntrica del Fundador y la que observaron en Antonio. Se cumple aquí, tal vez más que en ningún otro aspecto, el dicho paradigmático de san Buenaventura: «Antonio f u e im itador p erfecto d e Francisco »55. Corresponde ahora proponer la imagen que de Cristo nos ha ofrecido Antonio con la que encontramos en el Doctor Seráfico. Éste puede ser presentado cómodamente como uno de los mag­ nos teólogos y espirituales cristocéntricos dentro del pensamiento 55 Serm. de san Antonio, Opera Omnia , IX, 536a. Otros autores medievales afirman: «maestro de san Antonio fu e san Francisco... Y Antonio fue tan perfecto como su maestro» (Juan d e la R u pella , OFM [f 12451). La misma idea en Conrado de S ajonia ( t 1279), que ve a Antonio como « perfecto imitador de su maestro Fran­ cisco «.

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