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LA IMAGEN DE CRISTO EN SAN ANTONIO DE PADUA 539 rio de Cristo. Luego se verá si es razonable avanzar hacia ulteriores y más elevadas reflexiones en esa dirección. 1. D e s d e l a fo r m a v tta e a l a fo r m a m e n tís Cada una de las «grandes religiones» más o menos instituciona lizadas/organizadas que encontramos en la historia de la humani dad tiene su raíz y su especificidad en la forma en la que un profe ta, un homo religiosus (y el grupo que se le adhiere) experimenta y vive el misterio del Absoluto, la realidad de Dios, y por la forma en que la conceptualiza y comunica simbólicamente a los demás hombres. Cuando se hable de la religión cristiana es obvio que tal deno minación apunta hacia el hecho de que tal religión se quiere califi car y clasificar por la forma en que el misterio de Dios ha sido vivi do por el Hombre Jesús de Nazaret, el Ungido-Mesías-Cristo del Señor: «imagen del Dios invisible», «reflejo de su gloria», impronta de su ser, en el cual reside la «plenitud de la divinidad»3. Por ser Jesús el Cristo centro/medio entre Dios y el hombre es claro que hay que añadir: según la forma en que se viva y proclame el Misterio de Cris to se vive y proclama el misterio de Dios y del hombre. Dios, Cristo, hombre forman una trilogía inseparable a la que hay que presentar siempre en perfecta complementariedad e interdependen cia objetiva y cognoscitiva. Nosotros ahora nos ceñimos a Cristo y en torno a Él recordamos lo pertinente y profundo texto del Vaticano II: «en realidad el miste rio del hombre sólo en el Misterio del Verbo Encarnado se esclarece plenamente» (GS 22). Sólo Jesús, el Cristo, realiza y revela lo que el hombre es para Dios en su última profundidad. Pero también debe mos tener en cuenta la correlatividad y reciprocidad de todas las afir maciones humanas sobre la realidad y, en consecuencia, parece ine vitable añadir que el propio Misterio de Cristo sólo en el misterio del hombre, del ser y de la historia de la humanidad, se realiza, se mani fiesta y es proclamado cumplidamente. Dicho del todo exacto por lo 3 Col 1-20; HB 1, 3; Col 2, 9; Ef 1, 3-6; Rm 8, 29-30.
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