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LA IMAGEN DE CRISTO EN SAN ANTONIO DE PADUA 555 la atención de san Francisco y de sus primeros seguidores. A Cris­ to, vestido con el lino de nuestra carne, «el P a d re le m an d ó qu e m a r c a s e con la tau, es d e c ir con la s e ñ a l d e la c ru z y con la m em oria d e su pasión , la fren te, es d ecir la p ro fu n d id a d d el alm a (= mens) d e los pen iten tes »33. Entre los tradicionales «sentidos de la Escritura» Antonio —que tiene empedrados de textos bíblicos sus Sermones —, prefiere subra­ yar el sentido moral; es decir, se preocupa de que la palabra de Dios sirva de impulso para reforma del comportamiento cristiano. Así lo constatan los comentaristas del Santo 34. Se suele subrayar igualmen­ te que, con esta orientación, Antonio está en la línea de la predica­ ción sanfranciscana, que manda «predicar los vicios y virtudes, la p e n a y la g loria con brev edad d e serm ón». En ambos casos parece se trataría de una predicación exhortatoria, parenética, de nivel moralizante. Sin embargo, la predicación de la Cruz, que con tanta frecuencia aparece en Antonio de Padua, quiere obrar en el oyente a nivel más profundo: quiere crear la penitencia-conversión como opción fundamental de la existencia cristiana. Es el sentido más denso de la «metanoia» neotestamentaria, que a su vez enlaza con la idea paulina del hombre nuevo, de la nueva creación, del nuevo se r en Cristo. Utilizando un lenguaje más moderno del que pudo emplear san Antonio, diríamos que su predicación sobre la Cruz, sobre Cristo pobre y crucificado, no sólo intentaba transformar el comportamiento, la moral de los oyentes, de modo de obrar: no era tan sólo «moralizante», haciendo relación con la desfavorable conno­ tación de emotividad y superficialidad que a veces se le da a la pala­ bra: el mensaje de Cristo crucificado quiere llegar a cambiar el ser mismo del oyente en Cristo crucificado. El tema estudiado en el apartado siguiente completará lo que acabamos de indicar sobre el vivir cristiano, como vivir en Cristo crucificado, en el misterio de la Cruz. 33 Dom. IIp. Pascua, 13; I, 271. Sobre el contenido simbólico-teológico de la Thau, ver una breve exposición y bibliografía en Dizionario Francescano, Ed. Mes­ saggero, Padova 1995, 2003-2012. Cf. Dom. IX p. Pentecostés, 7; II, 13; Dom. I p. Nativitatem, 12; II, 536. 34 Ver, en este mismo fase., el art. de D. M o n ter o , pp. 505-524.

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