PS_NyG_1995v042n003p0537_0572
LA IMAGEN DE CRISTO EN SAN ANTONIO DE PADUA 553 Pero la soteriologia de Antonio, utilizando una terminologia moderna, diríamos que es muy marcadamente «estaurocéntrica», es decir, centrada en la Cruz; mejor, en el Crucificado. Esta calificación lleva la intención no de contraponer, pero sí de distinguir la visión que Antonio tiene sobre la acción salvadora de Cristo, respecto a otras que encontramos en la historia de la teología cristiana. En efecto, el cristianismo oriental centra con preferencia sus refle xiones sobre el hecho de la unión hipostática —y desde allí hace fluir la fuerza salvadora de Cristo—; o bien da la prioridad a la resurrec ción como el momento objetivo y universal de la deificación-diviniza- ción de la humanidad y del universo entero. En tiempos recientes, también en Occidente se puso de relieve esta dimensión menos resal tada entre los latinos 28. En las últimas décadas se ha sacado de una relativa marginación y olvido en valor/fuerza salvadora de la acción profètica y mesiánica de Jesús realizada en su vida apostólica, bien señalada en un texto como el de Le 4, 17-21. Que recoge él mismo lo mejor de las esperanzas profético-mesiánicas veterotestamentarias 29. Dentro de la acción salvadora de la Cruz, del Cristo crucificado todavía podemos distinguir un doble momento: el misterio de la Cruz en cuanto se realiza entonces en Jesús de Nazaret, y el miste rio de la Cruz/crucifixión en cuanto se realiza ahora en cada uno de los creyentes. No olvidemos que desde san Pablo, y en lo pro fundo de todo creyente, la salvación que se opera en la Cruz no está consumada hasta que cada creyente se torne cristiforme, más concretamente: reproduzca en su existencia personal el misterio de la Cruz: la muerte y resurrección del Señor Jesús que es morir para sí, y vivir para Dios. Completamos los anteriores testimonios sobre 28 Tiene el mérito de iniciador en esta dirección el libro de J. X . D urwell , La resurrección de Jesús, misterio de salvación, Barcelona, Herder, 1967. 29 En esta dirección, sea permitido aludir a los más serios representantes de la Teología de la Liberación, que presentan a Jesús movido por el ideal de establecer el Reino de Dios aqu í y ahora, en el recinto de nuestra historia y en nuestra tierra, aunque sin perder la llamada «reserva escatològica-. En clara distinción de los teólo gos y creyentes tradicionales que, a juicio nuestro, «adolecían» de cierto exceso de esplritualismo, interiorismo, escatologismo. Apenas sería necesario recordar que Antonio de Padua está, como todos los creyentes del siglo xm, muy inmerso en aquella visión tradicional del Reino y de la Salvación.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz