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EL HNO. ANTONIO Y LA ENSEÑANZA DE LA TEOLOGÍA.. 527 dra dentro del marco de los cuatro libros de las Sentencias de Pedro Lombardo. A éste sigue de cerca en la exposición de los grandes temas teológicos: Trinidad y Encarnación; creación del hombre, su caída y restauración por la gracia; sacramentos y escatología. Como comprobación de esta presencia es significativo este caso excepcio­ nal. Lo llamo así porque rarísima vez Antonio formula una pregunta que rezume tanto aire escolar: Quaeritur an p e c c a ta dim issa revi- viscant. Tanto al preguntar como al responder, Antonio recopia casi literalmente, a doble página, lo escrito por el maestro de las Senten­ cias. No cabe mejor prueba de que lo tenía muy presente 5. Pero no pueden silenciarse otros influjos en la formación de san Antonio. Dos de ellos es forzoso brevemente recordar: la Escuela de san Víctor de París y san Bernardo. De los dos máximos representantes de la Escuela de san Víctor, Hugo y Ricardo, se han recogido numerosas citas en las ediciones últimas de las obras de nuestro doctor. Pero tanto los índices de notas como las referencias que se hacen en los diversos estudios antonianos a este influjo se limitan casi exclusivamente al aspecto místico. No se alude, sin embargo, a un alto tema, patrocinado por los Victorinos y que asu­ mió y potenció la Escuela franciscana ya a partir de la Summa Ale- xand rina. Nos referimos a la idea de Bonum como máximo atribu­ to de Dios. Antonio hace sentir la bondad de Dios, que se da y se comunica en toda su obra. ¿Bajo el influjo de los Victorinos? El tema está pidiendo un estudio muy detenido. El influjo de san Bernardo en la formación del joven Antonio es indiscutible. Pero es penoso tener que constatar el que, si ha tenido una vertiente muy positiva, parece ineludible tener que admitir otra negativa. La vertiente positiva la admiramos en el sacro lirismo de nuestro doctor en temas como el nacimiento del Niño Dios o la exaltación de María stella maris. En ellos, multiplica las citas de san Bernardo, de quien asume su alto entusiasmo religioso. 5 S. Antonii Patavini sermones dominicales et festivi, ad fidem codigum recog- niti, Patavii 1959- Dom. XX post Pentecosten, vol. II, n. 16, pp. 395-6. (Además de esta autorizada ed. latina, hemos tenido presente la muy bien presentada edición portuguesa: Obras Completas, Porto 1987, 2 vols., con cuatro valiosos índices muy completos. La traducción española ha publicado tan sólo un primer volumen, Mur­ cia 1995, ya de necesaria consulta en el ambiente cultural hispano).

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