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EL HNO. ANTONIO Y LA ENSEÑANZA DE LA TEOLOGÍA.. 535 Complementa esta visión del influjo de san Antonio en la Escuela franciscana su cultivo intenso del sim bolism o. Sobre este tema, el sabio prof. de la Universidad de Lisboa —fallecido en sep­ tiembre pasado— presentó en 1964 al Congreso In te rn a c io n a l d e F ilosofía Medieval, celebrado en La Meldola (Italia), un estudio con este incitante título: «Nature et symbole chez S. Antoine de Padoue» 14. Certeramente hace ver en él cómo san Antonio prea- nuncia a san Buenaventura en su cultivo del simbolismo ascensio- nal. Por este motivo se debe retocar la afirmación de E. Gilson cuando constata que entre los Victorinos y san Buenaventura se da una continuidad histórica. La investigación del prof. Caeiro obliga a afirmar que en medio se halla san Antonio. En comprobación, este profesor cita estos dos pasajes antonianos: «Opus Domini creatio, quae, bene considerata, suum inspectorem transmittit ad sui Crea- toris considerationem. Si tanta pulchritudo in creatura, quanta est in Creatore». Y este otro, más breve, pero no menos expresivo: «Opificis Sapiemtia resplendet in materia Sed hoc sensibus dediti non respiciunt»15. Sin embargo, ante estos bellos textos y su comentario, la lec­ tura reflexiva de san Antonio fuerza a distinguir en él un doble simbolismo: el que nos eleva hacia Dios y el que nos lo hace pre­ sente. El primero lo proclama san Pablo cuando afirma: «Lo invisi­ ble de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteli­ gencia a través de sus obras» (Rom 1, 20). En esta vía ascensional nos muestra el prof. Caeiro el simbolismo de san Antonio y, sin embargo, es muy de notar que san Antonio vive más intensamente el sim bolism o d e la p resen cia. Los investigadores antonianos citan esta frase de Humberto de Romanis, general de la Orden de Predi­ cadores: B eatus Antonius dixit creatu ras esse librum. Se han sus­ citado dudas sobre si se refiere a nuestro doctor. Es, con todo, innegable que la frase le compete plenamente. El «doctor evangéli­ co» lee en el Sermón d e la M ontaña que Dios alimenta a los cuer­ vos y viste a los lirios. Vive este tema y lo extiende a toda la crea- 14 A. G em elli , El Franciscanismo, trad. de G ii M o n zó n , Barcelona 1940, p. 67. 15 F . da G ama C a eir o , Nature et symbole chez S. Antoine de Padoue, en La filosofia delle natura nel medioevo. Atti del terzo Congresso Internazionale di filoso­ fia medioevale, Milano 1966, pp. 363-371.

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