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ANTONIO DE PADUA Y LA SAGRADA ESCRITURA 521 están inspirados en la Tradición de la Iglesia y en su liturgia, y van orientados a la reforma y conversión de sus miembros. No es éste el momento de abordar la eclesiología subyacente en los Sermones, sino el notar su peculiaridad. a) Lectura en la Tradición d e la Iglesia. —«Para comprender rectamente el sentido de los textos sagrados hay que tener en cuen­ ta la tradición viva de la Iglesia» (DV n. 12), ya que no es posible penetrar en la profundidad espiritual de la Escritura sin integrarse en la comunidad de los que nos han precedido en su vivencia, cele­ bración y estudio. San Antonio es consciente de espigar en ese campo «con respeto y temor detrás de los segadores»49. En este sentido los santos Padres marcan un hito y son una referencia imprescindible. Son un «momento» necesario en la lectura de la Sagrada Escritura, pues enseñan a leer teológicamente la Biblia en el seno de la Tradición viviente, con auténtico espíritu cristiano. En su momento, al hablar de las fuentes hemos aludido a su presencia como «autoridades» en la inspiración y argumentación de san Antonio. Y vinculado a la influencia patrística de los Sermones está el uso alegórico de la Escritura en su opus. «En las explicacio­ nes de la Biblia los Padres mezclan y entrecruzan las interpretacio­ nes tipológicas y alegóricas de un modo difícilmente discernible, siempre con una finalidad pastoral. La interpretación alegórica de las Escrituras que caracteriza a la exégesis patrística puede desorien­ tar al hombre moderno»50. Estas palabras pueden aplicarse perfecta­ mente a la obra antoniana para valorar su alegorismo. San Antonio se sitúa en la corriente de la Tradición de la Igle­ sia, pero no de una manera pasiva o repetitiva: aporta la propia lec­ tura bajo la forma de una «cuadriga», concordando múltiples testi­ monios bíblicos y patrísticos, así como de las enseñanzas recogidas en la Glossa. b) Lectura d esd e la liturgia d e la Iglesia. —Antonio no sólo recibe de la Tradición de la Iglesia la interpretación de los textos sino que, además, recibe de la Iglesia, de su liturgia, los mismos 49 Prólogo, 5; I, 3. 50 «La interpretación de la Biblia en la Iglesia», Documento de la Comisión Bíblica, 1973.

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