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ANTONIO DE PADUA Y LA SAGRADA ESCRITURA 517 III domingo de cuaresma, sobre el texto de Le 11, 14-18: -Estaba Jesú s a r r o ja n d o un d em on io..., se lee en I de los Reyes: «siempre qu e el espíritu d e Dios a r r e b a ta b a a S aú l .. . 37 El espíritu malo de Dios es el diablo. Éste a Saúl —que significa el que abusa— , es decir al pecador, lo arrebata cuando lo empuja de pecado en pecado; pero David, esto es el predicador, debe tomar la cítara, es decir la predicación, y tañerla con la mano de las buenas obras»38. Y comen­ tando la expresión lucana «cuando un hom bre a rm a d o gu a rd a su casa..., el hombre fuertemente armado es el diablo. Por eso de él y de su armadura se dice en el I de los Reyes: “Un hom bre bastardo, llam ado Goliat, salió del campam en to d e los filisteos...”, Goliat sim­ boliza al diablo..., la coraza del diablo son los hombres malos unidos inseparablemente al mal..., las botas son las excusas de la lujuria..., el escudo son aquellos que repelen de sí las saetas de la predica­ ción» 39. Testimonios como éste nos hablan del tono alegorizante y moralizante que puede descubrirse en sus sermones: Saúl, pecador; David, predicador; cítara, predicación; Goliat, el diablo; las armas del filisteo, las pasiones... Este procedimiento de lectura y de expli­ cación requiere, antes de una valoración unívoca y poco entusias­ mada, algunas precisiones. En primer lugar, era la más común en la época. Y la de Anto­ nio presenta tonos generalmente moderados. Además, las expresio­ nes «respecto a esto», «sobre esto», «tienes la concordancia», son sus­ ceptibles de una valoración diversificada. Pueden: a ) introducir un ejemplo con el que ilustra la doctrina. Así, comentando el domin­ go IV de Pentecostés, el dicho de Le 6, 38: «no condenéis y no seréis condenados... P erd on ad y seréis perdonados», aduce el ejemplo de David, que perdona a Absalón y llora su muerte, y el episodio de David, que soporta las maldiciones de Semei con la esperanza de ser él perdonado por Dios 40; b ) una simple analogía con la que argumenta «a pari», «de mayor a menor», o «de menor a mayor»; 37 Domingo IVp. Pentecostés, 4-5; I, 460-462. 38 Domingo III de Cuaresma, 3; I, 123s. 39 Domingo III de Cuaresma, 8; I, 132s. 40 Domingo IVp. Pentecostés, 6; I, 462s.

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