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516 DOMINGO MONTERO y moral, este último de manera particular. Sin embargo, no se entre ga, generalmente, a un alegorismo excesivo. Hay, pues, una doble preferencia: la del sentido espiritual sobre el literal, y la del moral respecto del alegórico. Suele partir del sentido literal y, cuando lo considera oportuno para su argumentación, lo explora y explicita, con expresiones como «entiende, según la letra», «esto es», «es decir», haciendo referencia al primer nivel del texto. Ejemplo de esta actitud puede advertirse en el sermón de la cátedra de san Pedro, en donde leído el evangelio, el santo propone un tema según el sentido moral pero, como adverti do de lo precipitado del proceso, da marcha atrás: «pero primero veamos la historia. Cesarea de Filipo es donde nace el Jordán al pie del Líbano, y tiene dos fuentes, Jor y Dan, que forman el nombre compuesto de Jordán. Y preguntaba a sus discípulos. Para explorar la fe de los discípulos, primero pregunta por la opinión de la gente, para que la fe de los apóstoles no aparezca fundada sobre la opi nión del vulgo, sino en el reconocimiento de la verdad. ¿Qué dicen los hombres? Bellamente se les llama hombres, pues, a la manera humana tienen diversas opiniones sobre el Señor. ¿Quién es el Hijo del hombre? No dice quién soy yo, para no aparecer pretencioso, sino que testifica la humildad de su humanidad. Unos decían que Juan el Bautista, etc. Esta opinión sobre'Juan se fundaba tal vez en el hecho de que, en el vientre de su madre, ya había sentido la pre sencia del Señor. Otros opinaban que era Elias, por haber sido arre batado al cielo y se creía en su venida. Decían ser Jeremías por haber sido santificado en el vientre materno»36. L as conco rd ancias Cuando, en su intento de hilvanar y armonizar los testimonios para enriquecer el comentario de un texto, o para explicar y confir mar una verdad aduce otros textos bíblicos, casi siempre los intro duce con expresiones como «de esto», «sobre esto», «tienes concor dancia en...». O simplemente, citado el texto, lo interpreta como si se tratase directamente del tema en cuestión. Así, en el sermón del 36 En la cátedra de s. Pedro, 2; III, 119.
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