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92 ANTONIO LINAGE CONDE buena parte por la irresistible presión de las cristiandades iberoa­ mericanas 6. En la centuria que decíamos pues, pero con muy anteriores pre­ cedentes —en la que sucedió a los terrores del milenio—, la sensi­ bilización hacia la humanidad de Cristo es uno de los rasgos. La cual floreció, de una parte, en las oraciones privadas —que se llamaban, muy gráficamente, furtivae y peculiares 7—, tal en un manuscrito de Nonantola —recopilación de hacia el año 850, pero cuya pretendi­ da atribución a San Juan Gualberto nos denota su desarrollo poste­ rior, sin solución de continuidad—, injertadas en salterios como el de Farfa y algunos ingleses, en San Pedro Damiano e incluso en San Anselmo, y de otra, se introduce en la liturgia 8; por ejemplo, dando una mayor dramatización al rito de la adoración de la cruz en Vier­ nes Santo, del que luego habremos de decir algo más, y con ello va consolidando, una vez más, el paso a los orígenes del teatro medie­ val 9. Caminos éstos hacia la escenografía incluso, por los que, ya en el siglo xiv, y dejándonos atrás pingües cosechas definitivamente 6 Que fue reivindicada por la teología de la liberación. 7 El estudioso de la literatura cristiana medieval, De Ghellinck, nota en ellas la combinación de las expresiones artísticas y las dogmáticas, relacionándolas con los himnos de la época y con la liturgia visigótica y señalando su influencia en la piedad claustral posterior, hasta San Luis Gonzaga; L’essor de la littérature latine au xif siècle, II, 674-6. 8 Para ambos aspectos interesan los datos y comentarios de dom A. W ilm a rt, Prières médiévales pour l’adoration de la croix, en Ephemerides Liturgicae, 46 (1932) 22-497, y B . B is c h o ff, Kreuz und Buch im Frühmittelalter und in den ersten Jahr­ hunderten der spanischen Reconquista, en Bibliotheca docet. Festgabefü r Carl Weh- mer (Amsterdam 1963) 19-34 (reimp. en su recopilación Mittelalterliche Studien. Ausgewählte Aufsätze zu r Schriftskunde und Literaturgeschichte, Stuttgart 1967, 284- 303). Véase también, para la ambientación camaldulense, A. W ilm a rt, Les prières de l ’adoration de la croix de saint Pierre Damien, en Revue des sciences religieuses, 9 (1929) 513-23- A propósito del estudio de Bischoff, no insistimos aquí más en su materia, pues no creemos que las manifestaciones devocionales determinadas por la peculiaridad de nuestra historia medieval, la pugnacidad en la que tanto hincapié hizo justamente don Claudio Sánchez-Albornoz, hayan tenido que ver con el desa­ rrollo del culto a la Veracruz y su desenvolvimiento confraternal. Aunque sin excluir­ lo en casos muy concretos. 9 Un botón de muestra de lo fecundo de las conexiones en torno a éste, I. S o ld e v ila , Para aclarar la controversia en tomo al llamado «Auto de los Reyes Magos», en Homenaje a Álvaro Galmés de Fuentes, 2 (Oviedo-Madrid 1985) 475-81.

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