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100 ANTONIO LINAGE CONDE Lo cierto es que las reliquias de ella procedentes naturalmente que se cotizaron hasta el máximo en Occidente, se cotizaron en el entusiasmo pío y su atributo estético queremos decir. Así, cuando el año 569, Santa Redegunda obtuvo una de Justino II, cambió por el de la Santa Cruz el nombre de su monasterio, antes de Nuestra Seño­ ra. Podemos imaginarnos lo precioso del relicario que a d h o c le hizo. Y Venancio Fortunato fue entonces, y con tal motivo, cuando compuso el Pange lingua gloriosi, lau ream certam inis y el Vexilla r e g is 56 . A propósito de la difusión tan universal cual variopinta de esta última pieza, al igual que de otras de la liturgia latina, recor­ damos que Vexilla regis es el título de una novela corta de Luigi Pirandello. Los protagonistas se citan, para determinado encuentro decisivo en su vida, en un lugar preciso de una iglesia y al entonar­ se el himno en cuestión con arreglo a las rúbricas del día. Por su parte, San Luis IX recibió del emperador latino de Oriente, Baldui- no, la reliquia de la Veracruz dos años después de la corona de espi­ nas 37. Ya sabemos que para ésta hizo construir la Sainte Chapelle de París 38. Pero, aunque las apariencias sean otras, no hay que escandalizarse. Un curioso arquitecto francés del xix, Charles Rohault de Fleury (1801-70), calculó que sumando todos los trozos del sacro tesoro reivindicados como auténticos en todo el mundo, sólo equi­ valían a la décima parte de una cruz de tamaño normal para un suplicio cual el del Señor en madera de pino39. Volviendo a Jerusalén, andando el tiempo, la fiesta de la Osten­ sión de la Cruz eclipsó a la de la Dedicación de su templo, y por eso ya se llamaba Exaltación en el siglo vi, pasando a Roma a través de Constantinopla. Por su parte, la liturgia galicana celebraba el 3 de mayo, aunque por una confusión con el título de inventio, la recu­ peración por el emperador Heraclio de un fragmento de la Veracruz 36 J. L e c le rc q , Les relations entre Venance Fortunat et sainte Radegonde, en La riche personnalité de sainte Radegonde. Conférences et homélies prononcés à Poitiers à l’occasion du XIVe centenaire de sa mort (Poitiers 1987) 61-76. 37 Con un clavo y el hierro de la santa lanza. 38 Aunque por los avatares revolucionarios se encuentran en el Tesoro de Notre-Dame. 39 Mémoire sur les instruments de la passion de N. S. J. C. (Paris 1869); a la p. 80, sus impresiones en la basílica romana de la Santa Croce.

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