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LA DEVOCIÓN CONFRATERNA!, DE LA VERACRUZ 99 Egeria escribió en el relato de su peregrinación 32, al aludir a la dedi­ cación de las dos basílicas constantineanas de Jerusalén, una de ellas el Santo Sepulcro, haber tenido lugar el día 13 de septiembre, a la postre en el rito latino la víspera de la fiesta de su Exaltación, según diremos, y ello por ser esa siguiente jornada la primera de su osten­ sión al pueblo, pero buscada de propósito por ser el aniversario de su descubrimiento. Y como la dedicación había sido oficiada por los obispos que volvían del Concilio de Tiro, la inventio tuvo que ser anterior al año 335. A pesar de lo cual, el Peregrino de Burdeos, que hizo su viaje el 33333, no lo menciona. Lo que, de ser tomado literalmente, nos dataría el evento con precisión. Otra cuestión, aunque secundaria, es la leyenda de haber sido descubierta concretamente por Santa Elena, la madre del emperador Constantino. Ello habría tenido lugar poco después del Concilio de Nicea 34. Pero esta cronología toda es incompatible con los datos seguros de la vida de aquélla. Otro detalle, aunque intrascendente, donde falta el acuerdo entre los propios mantenedores, es el de la identificación de la propia Veracruz. Pues cuando, determinado el lugar de la crucifixión, se excavó, naturalmente que aparecieron también las otras dos cruces de los compañeros supliciados con Nuestro Señor. La de Éste se reveló, y aquí varían las versiones, ora por haber curado a un enfermo al que se arrimó, frente a la inope- rancia de las otras; ora por haber resucitado a un muerto, o senci­ llamente por haber conservado la inscripción 35. 32 Peregrinano Sylviae, 48; ante la proliferación de ediciones recientes, prefe­ rimos remitir a Egeriana, en Analecta Bolandiana, 105 (1987) 159-66 y 415-24, y 109 (1991) 363-81. 33 Itinerarium Burdigalense; P. G eyer , Itinera Hierosolymitana (Corpus de Viena, 39); véase V. R. E ckardt , Das Jerusalem des Pilgers von Bordeaux, 333, en Zeitschrift des deutsch. Palastinavereins (1906) 79-92; más datos en G. B ardi , M. N oirot y G. J acquement , Catholicisme, 3, 323-7. Por su parte, Eusebio de Cesa­ rea, al referirse al oratorio de la cruz en la basílica, no alude a ningún hallazgo reciente (De vita Constantini, 3, 30; PG, 20, 1090). 34 La noticia está ya en Gregorio de Tours, De gloria martyrum, I, 6. Una variante lo atribuye a Constantino mismo. Elena murió el 327 o 328. 35 Respectivamente, son los relatos de Rufino, Historia ecclesiastica, I, 5, en PL, 21, 475; Paulino de Nola, Epist. ad Sulpitium Severum, ibid., 6 l, 326, y San Ambrosio, De obitu Theodosii, el año 395; ibid., 16, 1329.

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