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98 ANTONIO LINAGE CONDE todas. Doble expresión que a veces pasaba por etapas intermedias, como justamente en nuestro caso vamos a ver. DE LA VERACRUZ A LA CRUZ Como en tantos otros ámbitos y materias, también en la moti­ vación del culto a la cruz encontramos la expresión más acabada en Santo Tomás, y decimos que la definitiva precisamente por eso, por ser una expresión sin más de la realidad. Una motivación que desdobla su símbolo sacro, por un lado, en cuanto fue el instrumento de la pasión redentora, y por otro en cuanto a ella está asociada la memoria del Crucificado redentor mismo. Et p r o p te r h o c etiam Crucem a llo qu im u r et d ep r e c am u r qu a si ipsum Crucifixum , esto último. Ex con tactu a d m em bra Christi et ex hoc qu od Crux eius sangu ine sit perfusa, lo primero29. Ahora bien, este razonamiento vale para el culto a la imagen de la cruz sin más, a cualquier cruz por tanto. Pero si tenemos en cuenta la venerabilidad de las reliquias en la tradición eclesiástica, el culto concreto a la cruz verdadera en la que materialmente tuvo lugar la crucifixión, reliquia insigne si las hay, se reviste de este otro prestigio concordante y supremo. De ahí la satisfacción con que en Jerusalén estaban convencidos de poseer esa la cruz auténtica del suplicio del Gólgota allí consuma­ do, lo cual nos consta indubitadamente ya a mediados del siglo iv. Por las Catequesis de San Cirilo, entonces datadas30, sabemos que ya entonces se enviaban fragmentos suyos a todo el mundo. Desde luego al África septentrional, pues entre las reliquias mencio­ nadas el año 359 en Tixter, cerca de Setif, en Mauritania, figura un trozo del que se llama Lignum cru cis51. Sin embargo, estos testimonios no se refieren al hallazgo de la cruz, a su inventio, sino que la dan ya por encontrada. En cambio, 29 Summa theologica, 3.a, q. 25, a. 4. 30 IV, 10; X, 19; XII, 4; en PL, 33, 467, 688 y 775. 31 Mélanges de l’Ecole Française de Rome, 10, 441.

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