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86 ENRIQUE RIVERA decía San Buenaventura que eran las más obvias, pero no las más compe­ tentes. Sobre Hegel lo dice todo Zubiri al declararle la madurez de Europa. Pero se ha de entender esta madurez desde el punto de vista de la logifi- cación. También porque no se puede ir más allá en el intento de sustituir la razón divina por la razón humana. Con pena, constata Zubiri que Hegel niegue que la razón humana sea una imagen de la razón divina, como un siglo antes atestiguaba Leibniz. Más bien, según Hegel, la razón divina tiene en la razón human su mejor realización al llegar ésta al saber absoluto. Toda la filosofía de Hegel está estructurada para obtener este supremo logro. Reconoce Zubiri, lamentándose, que este logro es un constitutivo fracaso. Pero de él nos es necesario partir para hallar un mejor camino mental y una mejor metafísica a la que ascender. El final sobre Hegel nos obliga a tener presente nuestro momento ini­ cial: el próximo milenio nos pide la presentación de altos problemas meta- físicos y la vía adecuada para darles solución. De nuevo insisto en que esta obra de Zubiri, con sus limitaciones, es un rico fontanal metafísico, por los temas que propone y las vías de solución que señala. El que nos topemos con actitudes discutibles es un incitante más a su lectura y a su aprovecha­ miento. Me siento obligado, en este momento final de mi reflexión, a agrade­ cer colmadamente a quienes han posibilitado este nuevo acceso a los escri­ tos de nuestro gran pensador X. Zubiri. Especialmente es deuda recordar a la f u n d a c ió n x a v ie r z u b ir i . Ya le debemos mucho. Y sus trabajos llevan siempre un futuro de esperanza. Enrique R iv e r a

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