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OPCIÓN DE JUAN DUNS ESCOTO ANTE DOS GRANDES.. 83 versación del pensamiento que exponen. ¿Ha superado siempre Zubiri esta sinuosa tentación? En seis pensadores clásicos se detiene su reflexión: Aristóteles, Tomás de Aquino, Descartes, Leibniz, Kant, Hegel. No pretende proponer la filo­ sofía de los mismos. Tan sólo ofrecer el cañamazo fundamental que ha dado pie a direcciones mentales muy diversas, pero coincidentes en la pro­ gresiva lo g iciz a c ió n del pensamiento, que logra su plena madurez en Hegel. A Aristóteles lo enmarca Zubiri dentro de la marcha del pensamiento griego. De éste dice, con verismo histórico, que reflexionó sobre las cosas que tenía ante sí. Sobre 4o q u e es», que siempre fue y que siempre será. De aquí que a ningún pensador griego le viniera a la mente la grave cues­ tión del origen primero de las cosas. Pues bien, ante 4o qu e es» Aristóteles cuestiona cómo es posible que el 4 ó ón» pueda ser múltiple, dado que todas las cosas convienen en que son. El gran filósofo sale al paso de tan grave tema con la respuesta que ha superado milenios: «pollachós légetai tó ón», el ser, pues, se dice de diversas maneras. No del mismo modo, sino según una cierta analogía. Resuelto este grave tema, surge la pregunta sobre el verdadero consti­ tutivo del tó ón. Aristóteles, pese a reconocer contra Platón que lo verda­ deramente existente es lo real concreto; en el conocer se desentiende de esto real concreto para afirmar con su maestro que lo constitutivo del tó ón y le da inteligibilidad es lo que tiene de universal. Esta universalidad la expresa preferentemente con los vocablos ou sía / etdos. Con ambos se quiere significar el constitutivo valor de lo real concreto, que se va repi­ tiendo en los múltiples individuos a través de las edades en un movimiento que, ineludiblemente, es circular. De esta suerte el cosmos aristotélico tiene consistencia, autonomía, plenitud en sí mismo. Tal plenitud no queda mer­ mada por el empuje finalístico que recibe del motor inmóvil. No es, en verdad, pequeña la conceptualización de la realidad y la logi- ficación del pensamiento por Aristóteles. A Zubiri le parece esta mentali­ dad un preámbulo para la comprensión del pensamiento metafísico de Santo Tomás. Pero, ¿en qué sentido está en línea el uno con el otro? El estudio que aquí publicamos sobre la doble metafísica de la essen- tia y del esse no parece estar de acuerdo con la interpretación zubiriana de Santo Tomás. Veamos, por brevedad, este tema histórico desde una cuestión crucial. La confrontación de pasajes muestra que Zubiri tiene ante sí una doble concepción acerca del llamado «constitutivo metafísico de Dios». En página 115 nos habla del Ipsum esse subsistens. En página 124, del Summum Ens. Ens a se. Desde la historia interna del tomismo adverti-

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