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EL PATRIMONIO ESPIRITUAL DE LOS HERMANOS. 13 píamente misionales, y también cuando se evangeliza por segunda, tercera e infinitas veces. La reevangelización hay que hacerla tam­ bién en clima de nueva evangelización. La nueva evangelización pone serios interrogantes al capuchi­ no, que, como todo creyente, debe comenzar por mejorar e incluso sublimar su adhesión a Cristo, ardor que se ha enfriado o empobre­ cido, por revisar los métodos, posiblemente gastados con el paso del tiempo y poco adecuados a la necesidades del hoy, y por encon­ trar las expresiones que acerquen el Evangelio a los modos y for­ mas de ser actuales, logrando que el mensaje evangélico aparezca, no como un modo y forma de revivir siglos pasados, sino como un valor con continuidad indefinida. El contexto en que vivimos está sujeto a cambios muy rápidos. De ahí que un texto constitucional, necesitado de una cierta estabi­ lidad, no pueda descender a detalles particulares propios de unas líneas de prioridades pastorales. Tampoco se le puede pedir al texto de la Constituciones que intuya, no decimos de una vez para siem­ pre, pero ni siquiera a largo plazo, la tarea apostólica a desempe­ ñar. Sí se le puede y debe pedir la descripción de los rasgos, estilo, talante o peculiaridad de esa actividad, desempeñada de acuerdo con el propio carisma o patrimonio espiritual. El apostolado o nueva evangelización de los religiosos ha de tener dos parámetros esenciales: el carisma o patrimonio espiritual propio y los horizontes actuales de la cultura, los cuales establecen las modalidades de la misión de la vida religiosa. Y, en estos con­ cretos momentos, cara al tercer milenio, el apostolado de los reli­ giosos ha de responder a la visión eclesial, sobre todo jerárquica, que habla de retos de esperanza, unidad, indiferencia religiosa, injustia y marginación, etc., y a la demanda de una vida consagrada, testimonio de encuentro fraterno en vida común, como expresión del hallazgo de Dios, mediante la vida de oración, también en común 15. 15 Cf. La vida fraterna en comunidad, en particular 12 y 20. Véanse Juan Pablo II, Ante el tercer milenio; F. Ciardi, Koinonia Itinerario teologico-spirituale della comunità religiosa, Roma 1993, pp. 139 y ss., y S. Dianich, El sacerdote del mañana. Perspectivas eclesiológicas, en AA.VV., El presbítero en la Iglesia de hoy,

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