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30 SATURNINO ARA lenguaje claro y cercano; en expresión del punto segundo de la constitución 148: «los hermanos, siguiendo su ejemplo y la tradición de nuestra Orden, prediquen la palabra del Señor con lenguaje claro, fiel mente conformes a las Sagradas Escrituras». La constitución 148, después de anunciar, en los puntos dos y tres, el contenido de la predicación capuchina, la palabra del Señor o santo Evangelio, pasa a aconsejar en el punto tercero que «procuren los hermanos, con sumo empeño, grabar en sus cora zones la Palabra de Dios, que es Cristo, y entregarse totalmente a Él como posesión suya, para que Él los impulse a hablar por abundancia de amor. Así predicarán al mismo Cristo con la vida, de obra y de palabra»47. «Para conseguir esto, trabajen por adelantar de continuo en la sabiduría de Cristo, que se adquiere, ante todo, a través de la vida y, especialmente, mediante la lectura constante, la medita ción y el estudio diligente de la Sagrada Escritura»48. Estas cortas o breves expresiones de las Constituciones pueden bastar para que los hermanos tomen conciencia de la necesidad de 47 Este tema del anuncio del Evangelio concretizado en la palabra y predica ción es presentado de forma exquisita por el P. Grández, Cartas sobre las Constitu ciones , o. c., pp. 230 y ss. Cuando el P. Grández escribía estos comentarios, no se había celebrado el V Consejo Plenario de la Orden, y pedía que éste estudiara y desarrollara el tema del apostolado entre los capuchinos. El VCPO no parece acertó en el tratamiento y orientación de nuestra actividad apostólica de la palabra, ya que, al recordar algunos de los apostolados tradicionales, más bien lo hace en versión negativa y abandono de los mismos y sin ofrecer criterios para poder preceder a su renovación y relanzamiento. Constata en el punto último del número 42: «Algunos ministerios tradicionales de la Orden están muy reducidos en sus alcances: confesio nes, devociones, predicación, misiones populares, cuestación, etc. En no pocas pro vincias, numerosos hermanos están dispersos en una multitud de ministerios indivi duales, comprometiendo así la presencia profètica de la provincia en cuanto tal». La constitución 148 no alimenta recelos frente a la predicación de la palabra, pues parte del supuesto de hermanos poseídos de la experiencia de Dios. 48 Constitución 148,4.
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