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28 SATURNINO ARA Invitación a la prolongación del apostolado «ecuménico», me­ diante un diálogo de salvación con los que profesan otra religión y con los no creyentes. Hecho evidente y profètico en las actuaciones de Juan Pablo II. Marca una auténtica novedad. También sin comen­ tario. Concluye la constitución 147,6 con un consejo precioso acerca de la cercanía de los hermanos al pueblo, como menores: «Todos los servicios prestados a los hombres deben fundarse en una vida informada por el Evangelio. Con mayor facilidad se entiende y de mejor grado se acepta el testimonio de los herma­ nos que, sencillos de corazón y menores en cuanto al estilo de vida y al modo de hablar, viven cercanos al pueblo». Consejo válido y extensible a todos los apostolados tradiciona­ les o nuevos44. La clarificación y distinción entre servicios o apostolados tra­ dicionales y nuevos aparece comprensible y explicable, pero, tal vez, haya que pensar en una superación, haciéndose a la termino­ logía y, más en particular, a las exigencias de la nueva evangeliza- ción: convencimiento de Cristo e Iglesia o nuevo ardor, distintos métodos y actualizadas expresiones. La nueva evangelización se caracteriza por la aceptación de lo viejo y de lo nuevo, pero todo ello presentado en distintos odres, técnica y carismàticamente diversos45. 44 La expresión «todos los servicios»« que se usa en la constitución 147,6 con­ trasta un poco con la que se repite, concretamente, en la constitución 145,5, «cual­ quier ministerio». ¿Resabios de una terminología que responde a un texto concebido con mente clerical? Hoy, ciertamente, se habla de ministerios ordenados y no orde­ nados, de servicios... 45 Cuando observamos en el Padre T. Ricci, 11 «Patrimonio spirituale» delle costituzioni dei Frati Minori Cappuccini, Roma 1991, pp. 116 y ss., la distinción entre aspectos técnico-programáticos de nuestro apostolado y aspectos espiritual- carismáticos, entendemos «su distinción», en cuanto metodología o técnica-estructu­ ral, mas no en cuanto realidad vivencial, ya que no deberá darse, entre los capuchi­ nos, como entre otros, aspecto alguno técnico-programático de pastoral que haya podido ser concebido al margen, menos fuera, de las exigencias espiritual-carismáticas.

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