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8 SATURNINO ARA es otro el objetivo de esta nueva evangelización o misión, sino hacer partícipes a los demás hombres de esa santificación que es la unión y dedicación al Señor quien, primero, consagra a sí, mediante el don del bautismo recibido que comporta, luego y al mismo tiempo, el compromiso de actuar como consagrados bautismales, vocación o llamada, que se ratifica con la profesión religiosa. Los dos capítulos del texto legislativo que vamos a valorar, de forma particular, en los aspectos de actualidad doctrinal y regula­ ción dispositiva, nos recordarán la necesidad de continuar y hacer realidad esta tarea esencial de la Iglesia, contribuyendo con el pro­ pio estilo o peculiaridad carismàtica. No hay consagrado que no deba estar atento a que, por su medio, la Iglesia muestre de hecho mejor cada día ante los fieles e infieles a Cristo2. MISIÓN Y CARISMA O DINAMISMO DE LOS INSTITUTOS RELIGIOSOS La Iglesia ha pedido con insistencia a los diversos institutos reli­ giosos dos cosas. La primera: rechazar toda generalización o univer­ salización para reencontrar y precisar la propia vocación e identi­ dad, ya que «todos los institutos religiosos han nacido a causa de la Iglesia y para ella; obligación de los mismos es enriquecerla con sus propias características, en conformidad con su espíritu peculiar y su misión específica »3 y según «la índole propia que lleva además con­ sigo un estilo peculiar de santificación y apostolado»4. La segunda: no bloquear, en el ayer y menos en el presente, el carisma o patri­ monio espiritual propio, el cual no es un «algo» a conservar, sino una realidad viva impresa en la conciencia y en el corazón de todos los miembros, a plasmar y actualizar en opciones reales, concretas y significativas, válidas en el hoy. 2 Lumen Gentium, 46. Véase La nuova evangelizzazione, en La Civiltà Catto­ lica, 1994, III, 351-363. 3 Mutuae relationes, 14 b). 4 Ibidem, 11.

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