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292 SARA CARRARO Pero también reflejan una situación de sufrimiento en la que la Virgen está triste y angustiada. Montesino nos da un panorama com­ pleto de los sufrimientos de la madre al saber ésta lo que le va a pasar a su Hijo: Aquí tenemos una mujer muy dentro del género humano, mez­ clada en la humanidad por causa de sus sufrimientos: no está pinta­ da como la reina del cielo, porque no tiene la luna bajo los pies, ni el brial hecho sol. Sólo sus lágrimas, símbolo y concretización de su dolor, tienen características celestiales, porque tal es su dolor. El tema de los sufrimientos el poeta lo trata en primera perso­ na por boca de la Virgen misma: No es posible distinguir la soledad de la Virgen de sus sufri­ mientos por el Hijo. En el Tratado de la vía del Gólgota su dolor la hace desfallecer: En Betania estaba sola la reina celestial, sospirando por su fijo, rey eterno y temporal, con temores lastimeros de tristeza desigual, hecha un mar de pensamientos y un diluvio de llorar; cada lágrima en su cara era perla oriental. No dormía, que congoxa le era causa de velar; no tenía allí de estrellas corona de majestad, ni menos so el pie la luna ni al sol claro por brial, mas estaba retraida en rincón de soledad, cubierta de manto negro de sospecha de su mal; su corazón sin reposo en la cara dio señal, por la cual iban sudores de congoxa natural; daba sospiros.profundos por poderse remediar, y tales que provocaban las peñas a piedad ; 161 ¿Qué será, decid señores, de mi soledad? Que me dicen mis temores que mi libertad presa va por la cibdad en una cadena . 162 161 Ib., p. 245, w. 33-38. 162 Ib., p. 123, w. 621- 625.

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