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FRAY ÍÑIGO DE MENDOZA Y FRAY AMBROSIO. 291 de toda clemencia , 156 (...) la luzprocediente Vuestra dulce cara de vuestra lindeza no hay quien la cuente . 157 Precioso el apelativo que Cristo atado a la columna dirige a la Virgen: ¿Hay alguno que io diga a mi madre, que está fuera, que me vea y que me siga con la cruz antes que muera? 158 y dirigiéndose a sus fustigadores: ¡Oh, cabos de escorpiones que mi cuerpo habéis rasgadof Sabed que dos corazones juntamente habéis llagado: de San Juan, mi más amado, es el uno, que está aquí; es el otro de mi madre, que no tiene más de a mí . 159 S o l e d a d y su frim iento s Las imágenes de soledad de María se refieren principalmente a la noche del nacimiento de su Hijo y a los padecimientos de la cru­ cifixión. Sobre todo en el primer caso el poeta nos ofrece elemen­ tos interesantes para consideraciones sobre la situación, pensamien­ tos y belleza de la Madre de Dios: Cuando la reina sagrada se halló sola en Belén, pobre, noche y sin posada, preñada de nuestro bien, de muy cansada reposa al sereno de un portal, más ilustre que un cristal, según estaba hermosa. Estando allí retraida con divino corazón la princesa de la vida, inflamóse en oración, y no triste, mas gozosa; su preñez contempla y calla, por la cual reina se halla de los siglos poderosa . 160 156 Ib., p. 242, w . 220-226. 157 Ib., p. 249, w . 45-48. 158 Ib., w . 29-36. 159 Ib., p. 93, w . 5-20. 160 Ib., p. 193, w . 1-28.

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