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278 SARA CARRARO Es curioso notar cómo sólo una vez he encontrado el nombre de la Virgen más propio: María. De todas formas, hay que tener en cuenta que éstos no son más que vocativos, con los que el poeta invoca a la Virgen. Gracias a ellos ya podemos tener un panorama bastante vasto de su poesía mariana. Para un examen más detallado sobre todos los versos que se refieren a la Virgen, vamos a descubrir las interesantes temáticas marianas que Montesino nos propone. D esc r ipc ió n física En los versos que describen físicamete a María se delinea el perfil divino de sus calidades interiores y aquél propiamente huma­ no de su beldad física. En las Coplas a reverencia de San Juan Bautista, al hablar del camino hacia la prima de Isabel, dice el poeta: Con pasos acelerados iba la Virgen preciosa por lo valles y collados, más fermosa en cien mil grados que la luna, sol ni rosa 103; Montesino sigue manifestando cuánto a él le habría gustado hallarla por el camino y ver su «rostro deificado» ¡porque viendo a ti creyera que, pues Dios tal te hiciera, que iba dentro ; 104 simplificando de esta manera en tres versos todo el misterio de la maternidad divina. El aspecto muy humano de la Virgen se percibe en los versos que describen su apresurarse por el camino, aunque estén indudable­ mente embebidos de la cultura femenina medieval: 103 Ib., p. 83, w. 388-390. 104 Ib., p. 82, w. 382-385.

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