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274 SARA CARRARO cómo llora y viste heno en noche tan rigurosa. Tú le enjugabas los ojos de lágrimas mojaditos con adorantes hinojos, con motivos infinitos, como vértelo envolver y luego darle a mamar! ¡Oh, Virgen argumentosa, cómo tratas con tus manos el desprecio de los humanos reverente y aliñosa!9A Por lo que se refiere a la Virgen, «poniendo de relieve la nota afectiva, el autor presenta a María con cierta originalidad como un ser humano ejemplar, cuyo dolor merece compasión, y cuya vida, digna de emulación, debiera despertar en los fieles una sincera emo ción» 95. Muy evidente es aquí lo que vimos ser su «forma mentis». Llama la atención el amor materno de la Virgen hacía su Hijo junto a su reverencia hacia el Hijo de Dios. La descripción del estado de ánimo de la Virgen nos hace participar inevitablemente en la situa ción de la «noche tan rigurosa» en la que la «reina, en un portal sin tapiz», es Madre del «Niño bueno», al que enjuga los ojos, abriga y da de mamar. Es una escena de extrema cotidianidad, pero que emociona por su sencillez. El intento de Montesino era popularizar motivos teológicos de la vida de Jesús, de la Virgen y de los Santos. De esta manera populariza también los sentimientos religiosos y hace accesible a las gentes los temas teológicos, exponiendo en versos motivos de elocuencia cristiana. Su franciscanismo está siempre a la base de su poesía, en los temas y en el estilo: su visión franciscana se percibe especialmente en el tema del nacimiento de Jesús y la devoción mariana. Es en las Coplas del In fante y el Pecado donde Montesino expone lo mejor de su poesía religiosa: «teología popularizada y exhortación a la imitación ascética de Cristo se funden con la con templación sentimental de su más íntima familiaridad»96. 94 B e r n d t, o . c ., p. 60. 95 Á lv a r e z P e l l i t e r o , o . c ., p. 133. 96 B e r n d t, o . c ., p. 58.
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