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264 SARA CARRARO Emperatriz de los dos imperios del cielo y tierra, en cuyo vientre p or nos a ser tu hijo el de Dios con la cual tanto se dora tu persona y resplandece que con espanto a desora la lengua más habladora tan humildemente se engierra, enmudege 62. La Virgen para fray íñigo es siempre la Hija predilecta del Padre, la Madre Virginal del Hijo y la Esposa del Espíritu Santo. María fue enriquecida de todos estos dones para ser digna madre del Verbo divino y modelo viviente de la santidad para todos los cristianos. III. 1. VIDA Fray Ambrosio Montesino nos ha dejado pocas informaciones sobre su vida. Sabemos que nació en Huete, en la provincia de Cuenca, aproximadamente entre 1444 y 1450. Nada se sabe de su familia: se presume que era hidalga, «pues en el L ibro d e A cu erdos del Ayuntamiento de Huete (años 1777-1778) se dice que el con ­ vento de franciscanos de la localidad, donde fue sepultado Montesi­ no a su muerte, “fue construido por las familias nobles de Huete”, entre las que figuraba la de nuestro autor»63. Parece que, justamente en este convento, Ambrosio Montesino ingresó en su juventud. Franciscano de la Observancia, en una época de reacción antiintelectual, sus obras reflejan la tendencia a la esencialidad formal y estilística. Para fray Ambrosio la estética está al servicio de los contenidos, que, como veremos, eran apostó­ licos; los observantes «querían llegar a las gentes sencillas con su propio lenguaje, prescindiendo del artificio estético»64. 62 Ib., p. 155, copla 1.63 J. R o d ríg uez P uértolas , Cancionero de Fray Ambro­ sio Montesino, Cuenca 1987, p. 13. 63 A. M. Á lvarez P ellitero , La obra lingüística y literaria de fray Ambrosio Montesino, Valladolid 1976, p. 19. 64 Ib., p. 20. III. FRAY AMBROSIO MONTESINO

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