PS_NyG_1995v042n001p0237_0299

FRAY ÍÑIGO DE MENDOZA Y FRAY AMBROSIO. 251 En otros la fantasía de fray íñigo se sirve de la tradición de la poesía cortés: Sagrada señora mía/ perla del cielo/ luz de la tierra; hasta llegar a las verdaderas letanías. En Mendoza los apelativos de Nuestra Señora no son tan fre­ cuentes, como veremos en Montesino. Él se dedica más a un tipo de poesía de verdadera catequesis sobre las prerrogativas marianas que desarrolla en todo tema mariano. D esc r ipc ió n física No son muchas las coplas que Mendoza dedica a la decripción física de la Madre de Dios. Probablemente a él no le interesaba pin­ tarla por su belleza física, sino por su singular perfección espiritual. En las Coplas al spiritu sancto encontramos la belleza de la Virgen, donde el poeta, dirigiéndose al Espíritu Santo, dice: Por mucho que de la belleza de la Virgen se afirme, nunca podrá agotarse el caudal inmenso de grandeza extraordinaria que en ella se encierra. En la Anunciación Mendoza nos describe sólo el cam­ bio de color de su cara a la embajada divina del ángel: Con tan gran nueva a desora, y engendra la humildad ¡o Virgen, mas no mañera! en el sancto coragón tu color se descolora, un temor de indignidad Con tu ciencia milagrosa y tu divino pingel la paraste tan hermosa que mereció ser esposa también como madre dél, y fue su belleza tal que de esposa y madre mereció la singular que por su Fijo especial la rescibiese Dios Padre 27. 27 R od rígu ez P u é rto la s, o . c .. p. 213, co p la 4.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz