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250 SARA CARRARO Mariología. Esta base de su pensamiento no es otra que la conocida regla o norma de la Mariología escotista: hay que atribuir a María lo más excelente, si no es contrario al sentir de la Escritura y a la ense­ ñanza de la Iglesia»26. Con un sencillo análisis de los apelativos que Mendoza aplica a la Virgen ya podemos comprobar lo que Moralejo acaba de decirnos. Empezando por los más directos encontramos a menudo los que interesan la peculiaridad de la Virginidad: O Virgen/ Virgen y Madre/ O Virgen maravillada O sancto vientre bendito/ Virgen bendicta/ Donzella virginal/ Virgen María/ Sancta Virgen y madre/ Graciosa Virgen/ Virgen sancta/ Preciosa Virgen y madre/ Reina sancta del cielo, madre de Dios eterno/ O madre de Dios tan buena; Por lo que se refiere a su distinción de las otras mujeres: O cumbre de las mejores/ O reina delante quien las otras reinas son labradoras/ O sancta Virgen María, reina de todas y mía/ Emperatriz de los dos imperios del cielo y tierra/ En estremo buena/ o favor de las mujeres, madre de Dios verdadero; Mendoza es un defensor de la pureza de la Virgen y de su con­ cepción inmaculada: O Virgen de culpa agena/ Virgen singular/ Opureza sin escoria/ O Virgen no corrompida/ O Virgen llena de la gracia de Dios Padre/ O gloriosa María/ linpia madre; 26 C a lv o M o ra le jo , «L os gozos de Nuestra Señora en fray íñigo de Mendoza», De cultu mariano saeculis x ii - x v , Acta Congressus Mariologici Mariani Intematio- nalis, Romae anno 1975 celebrati, voi. VI, Roma, 1981, p. 70.

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