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FRAY ÍÑIGO DE MENDOZA Y FRAY AMBROSIO. 249 Yfará tan alumbrados los rucios entendimientos , que fagan asnos atados a los mundanos letrados con todos sus argumentos , pues con tal consolador nuestro Redemptor les ruega que quieran tomar vigor contra el humano temor que los ciega 24. Mendoza discute a menudo con el lector, como se puede ver en las coplas 318 y 319, en las que imagina una pregunta del lector e intenta contestarle. Al final de sus explicaciones teológicas, fray íñigo siempre pone una invocación a la fe, porque ella debe guiar al cristiano por enci ma de todo intento racionalizador. En la época en que Mendoza vivió, las viejas disputas del siglo xm y comienzos del xiv entre cris tianos y judíos, más o menos forzadamente, habían desaparecido, pero habían dejado paso a las inquietantes preguntas de los poetas e intelectuales de origen judío, como lo era nuestro autor. Así que Mendoza intenta discutir y probar los dogmas cristia nos más discutidos, invocando por último la fe. Comenta Massoli: «Questa tensione tra fede e volontà di docenza non può che artico larsi nel poeta francescano in una forte componente polemica ed in una altrettanto logica componente edificatoria»25. II.4. POESÍA MARIANA Los escritos de fray íñigo tienen un gran valor para compren der la profunda devoción mariana de su siglo: nos permiten cono cer las preferencias, no sólo del autor, sino también de sus contem poráneos. En el interesante estudio de Gaspar Calvo Moralejo sobre nues tro poeta encontramos una explicación muy clara de su predilec ción por el tema mariano: «Para poder comprender el pensamiento del mariólogo poeta franciscano hay que partir de un punto funda mental y básico. Es la raíz de la que brota toda la frondosidad de su 24 R o d ríg uez P uértolas , o . c ., p. 172, copla 30. 25 M assoli , o . c ., p . 62.
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