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¿ES LA RELIGIÓN JUDEO-CRISTIANA RESPONSABLE...? 217 humano y la naturaleza, particularmente con el mundo animal. Antropólogos que han estudiado algunas comunidades de los altos de Chiapas reportan que la gente todavía cree en el «chanal» o «tona», una especie de espíritu animal que acompaña, o «ego espiritual». Todo el mundo tiene su compañero espiritual. La persona y el espíritu animal comparten la misma alma, y cualquier cosa de importancia que le sucede a la persona, le sucede también a ese espíritu. Quizá esta leyenda explica la benevolencia de estas tribus con los animales21. James D. Nations recoge una hermosa oración que expresa el respeto y la moderación de los Lacandones hacía la naturaleza. Es una oración en la que ofrecen a Dios los frutos de las primeras cose­ chas: «Te ofrezco, oh Dios de la selva, las primicias de mi maíz. Pro­ vienen de un campo de maíz virgen. Son para mi hija, mi mujer y mi hijo recién nacido. A ti te entrego la esencia de esta cosecha. Yo estoy también deseoso de comerla. Tómala y cómela. Después comeré yo. No volveré a cortar los árboles hasta que vuelva un nuevo año verde. Te doy la esencia de ellos. Ya no te molestaré hasta el próximo año»22. Esta conexion entre la naturaleza y la divinidad se manifiesta también en una anécdota mencionada por el mismo autor en una visita a Lacandona, cuando representantes de una compañía made­ rera del gobierno mexicano trataban de engañar a los indígenas con vanas promesas para que les permitieran sacar caoba y otras made­ ras preciosas de la selva. Un viejo indígena insistía que a ellos no les correspondía vender los árboles de caoba, y afirmaba: «Yo no planté los árboles. Los árboles son de Dios. Pregúntele usted a Él»23. 21 Evon Z. V ag t , Zinacatlan: A Maya Community in the Highland of Chiapas. Harvard University Press, 1969, pp. 371-374; William H ollan d , Medicina maya en los Altos de Chiapas. México, Instituto Nacional Indigenista, 1963, pp. 99-117. No todos los animales son considerados benéficos. El «nahual» es un hombre malo que se transforma en animal con el propósito de dañar a la gente, aunque algunos escri­ tores estiman que el «nahual» no es indio, sino de origen español. Eugenio M aurer , Los Tsektales. México. Centro de Estudios Educativos, 1983, pp. 339-441. 22 James D. N a tio n s, L os iMcandones, Gertrude Blom, and the Selva Lacando­ na, Gertrude Blom Bearina Withness. Edited by Alex Harris and Margaret Sartor, 1994, Duke University. 23 James D. N ations , ibid., pp. 35-36.

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