PS_NyG_1995v042n001p0187_0205
DIOS, PROBLKMA FILOSÓFICO 193 mente un Dios distinto postulado por la subjetividad moral de la persona humana. Sin un Absoluto completamente libre, carecerían de sentido las aspiraciones éticomorales que vertebran la razón y la voluntad de todo hombre. Sólo un Absoluto de esta índole garanti za la armonía entre felicidad y moralidad, meta suprema del ser humano. Pero será en Hegel donde alcance su cénit la expresión racio nal de la connaturalidad Dios-mundo. En su noble intento de armo nizar e l mundo con Dios y de reconciliar la fe con la razón, el filó sofo de Jena identifica a Dios con la Idea, cuyo proceso de realización es el devenir histórico. Dios se realiza como mundo, cuyo ápice es la conciencia racional, de modo que sin mundo huma no no puede hablarse de Dios. Para establecer este proceso, Hegel no parte de la realidad del mundo entorno, sino del acto de pensar concebido como esencia del espíritu, fuera del cual no hay nada. Dios, Espíritu absoluto, es la razón que se piensa a sí misma y, al pensarse, pone al mundo, que dialécticamente vuelve hacia Él. Réplica histórica de este autopensamiento es el espíritu humano que, al pensar, posee a Dios. En sus Escritos teológicos juveniles deja una muestra precisa de su pensamiento: «Cuando el hombre pone fuera de sí la vida infinita en cuanto espíritu del todo, por ser él mismo un ser limitado, se pone al mismo tiempo fuera de sí mismo, fuera de lo limitado, y se eleva a lo viviente y se une con ello íntimamente; entonces adora a Dios»5. Si queremos resumir ahora el proceso cognoscitivo de Dios que alienta en la filosofía moderna, podemos concretarlo en la siguiente afirmación: la subjetividad humana se esfuerza por fun damentarse a sí misma, pero en este empeño percibe su propia limitación y se siente obligada a comprender su ser a partir de otro superior, al cual llama Dios. Dios es, entonces, el punto culminan te de la realidad subjetiva, que progresa desde lo objetivo, remon tando los distintos grados de la naturaleza hasta la subjetividad pura absoluta. 5 G . W . H egel, Escritos teológicos juveniles, 3 47 , citado por W . Schulz, El Dios de la metafísica moderna, México 1961, 90.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz