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188 JUAN DE SAHAGÚN LUCAS El primero sienta la tesis del consenso generalizado de la no problematicidad filosófica de Dios, en cuanto que la mayoría de los autores actuales, renunciando a introducir a Dios en el campo de la filosofía, lo hacen objeto del saber religioso exclusivamente. El segundo, por el contrario, defiende que la reflexión filosófica sobre lo que se expresa con la palabra «Dios« es la vía más directa para enfrentarse con la realidad misma, es decir, no se puede pensar al ritmo en que se vive, sin recurrir al concepto Dios. Las mismas reli­ giones operan con la verdad filosófica que entraña este nombre. En resumidas cuentas, sea lo que fuere de esta discusión, una cosa es cierta: a lo largo de la historia del pensamiento los filósofos se han enfrentado con la cuestión de Dios y lo han visto formando cuerpo con el ente, llegando a definirlo como Ente supremo causa sui y fundamento de los entes. Es lo que M. Heidegger expresó con la consabida fórmula «constitución ontoteológica de la metafísica». Asimismo es necesario señalar que ese Dios sufre las mismas vicisitudes del ente en general. Lo mismo es el Dios de la filosofía griega, bajo sus diversas formas, que el de la filosofía moderna de Descartes a Hegel, e incluso que el «no-dios» del ateísmo contempo­ ráneo arraigado en la autosuficiencia del hombre y de la ciencia. En opinión de Lafont, los conceptos teóricos y las actitudes prácticas for­ man diversas estructuraciones a lo largo de las edades como variantes de «la permanente constitución ontoteológica de la metafísica», donde el binomio ente-Dios se transforma en un solo movimiento 3. Pues, bien, con vistas a poner algún orden en esta barahunda de discursos, me voy a referir, con la brevedad requerida por las circunstancias, primero a aquellos filósofos cuyo pensamiento puede calificarse de «onto-teología», al decir de Heidegger, y, en segundo lugar, aludiré a aquellos otros que apuntan hoy más adecuadamente a la verdad del problema filosófico implicado en el término Dios. Ahora bien, tanto en unos como en otros el tema Dios es suscepti­ ble siempre de tratamiento filosófico previo al saber religioso. ser como don del amor, bajo la forma de un boletín bibliográfico, en Revista Espa­ ñola de Teología, 51 (1990) 319 ss. También J. A. E strada , Dificultades y aponías de la Teología Natural, Madrid 1994. 3 Cf. G. L afont , Dios, el tiempo y el ser, Salamanca 1991, 273-276.

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