PS_NyG_1995v042n001p0129_0186
136 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO antropología filosófica desde Herder no ha progresado nada»27. Por otra parte, por citar un autor significativo en la antropología filosófi ca actual, aunque por ello es ya posterior a Ortega: Wilhelm Kam- lah, hemos de destacar la atención primordial que éste ha dedicado precisamente al estudio de la relación entre la antropología filosófi ca, la filosofía del lenguaje y la lógica 2H. Ortega, sin embargo, en la última definición filosófica sobre el hombre que hemos mentado, a diferencia del punto de vista genéti co, o propio de una «propedéutica lógica», de los dos autores exco gitados, aborda o enfoca el problema del lenguaje más bien desde un ángulo sociológico. Lo que trata de destacar en su definición nuestro autor es el peso o «coacción» que los «usos sociales»: los «usos verbales», «el decir de la gente»... —que son constitutivos del grupo social del que el hombre, en cada caso, forma parte— , e incluso la sociedad en general, o la misma historia universal, en cuanto que es concebida como una «gigantesca etimología»29, tie nen sobre el individuo o la persona desde que ésta nace. En efecto, según señala el mismo Ortega textualmente: «Tener etimología no es cosa exclusiva ni siquiera peculiar de las palabras, sino que todos 27 Véase, en Arnold G eh len , Der Mensch; seine Natur und seine Stellung in der Welt, 8.a edic., Frankfurt am Main 1966, 84. La traducción al español de esta obra (El hombre; su naturaleza y su lugar en el mundo, Edic. Sígueme, Salamanca 1987) no merece, en verdad, otro calificativo que el de desastrosa. Plagada de erro res y falsedades, por cuanto, bastantes veces, hace decir al autor lo contrario de lo que él afirma; llena de omisiones de textos, o citas de obras con las que Gehlen documenta su pensamiento; disparatada incluso en el uso de términos inexistentes en español (traduce, por citar un ejemplo, la conocida dicotomía: animales «nidíco- las» —Nesthocker— y «nidífugos» —Nestfluchter— por animales «calientanidos» y «fugínidos»!!; véase en el original alemán, pp. 44, 45 y 46; trad. esp., pp. 50, 51, 52), resulta ininteligible en incontables ocasiones. ¡Es incomprensible que puedan poner se en circulación versiones tan calamitosas como la presente, máxime tratándose de obras fundamentales de una disciplina como es, en este caso, la antropología filosó fica! 28 Wilhelm K am lah , Philosopbische Anthropologie. Sprachkritische Grundle- gung und Ethik, Erlangen 1973- Trad. esp., Antropología filosófica y ética, Buenos Aires 1976. 29 O r teg a , El hombre y la gente, VII, 220. En este mismo lugar, Ortega hace equivaler el significado de etimología al de «razón histórica». «Etimología —dice— es el nombre concreto de lo que más abstractamente suelo llamar “razón histórica”».
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz