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ORTEGA Y LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA 177 que el hombre» y goza también «de mayor sensibilidad para el dolor físico que otras criaturas humanas o animales»l62. Lo cual, sin embar­ go, no excluye que la mujer, según Ortega, desde donde vive pri­ mariamente es desde el alma y, en segundo lugar, desde el cuerpo. Mientras que, en cambio, el niño «vive principalmente desde el cuer­ po», según explicitaremos más adelante. b) El estrato intermedio de la persona: el alma en sentido estricto En relación con la idea que ha poco hemos indicado sobre la «cantidad proporcional» de cada uno de los estratos de la personali­ dad, dice también Ortega: «Hay gente con mucha alma y poco espíritu, o bien con abun­ dante vitalidad y gran escasez de las otras zonas»l63. ¿Qué significa el término alma, en este lugar? Si hay casos en que se vive principalmente desde el alma sensu stricto, qué implica esto? Es Ortega mismo quien utiliza la expresión «alma en sentido estricto»164 para referirse al estrato intermedio de la persona. Pero, además, encontramos en él estas otras formulaciones metafóricas con las que trata de describir esta capa de la estratigrafía personal: «zona», «región», incluso «fauna», del alma; ámbito intermedio entre la vitalidad y el espíritu «que tiene un extraño carácter atmosférico», ámbito en el que «todo es fluido, manar prolongado, corriente atmosférica», «líneas afluentes» —“se está triste”, se “está alegre” un rato, un día o toda la vida”— , etc., por contraposición a los «actos puntuales», que veremos luego constituyen el espíritu; «volumen ínti­ mo» capaz de abrirse o ensancharse o, por el contrario, de contraer­ se, de cerrarse herméticamente, bien hacia afuera, hacia lo que hay en el mundo (carácter «insensible»), o bien hacia dentro, hacia los 162 O rtega , /. c., 458-459. 163 O rtega , /. c., 473. 164 O rtega , /. c., 461.

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