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ORTEGA Y LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA 173 dentro»; como hombre exterior que nos hace prever algo más de lo que vemos: «un hombre interior»..., etc. 148 En la jerga germánica de la Fenomenología encontramos las raíces originarias de esta duplicidad terminológica: Körper (cuerpo en un sen tido meramente físico, objetivo, como mineral si se quiere, de donde proviene la dimensión de la corporeidad) y Leib (cuerpo animado, con vida, etc., de donde, a su vez, se deriva la formalidad de la corporali dad ). Ortega menciona expresamente la obra de Scheler: Wesen und Formen d er Symphatie (Esencia y fo rm a s de la simpatía ) 149. Por lo que concierne a nuestro propósito ahora, que pretende sobre todo poner de manifiesto, describiéndolo, el estrato profundo de la persona que Ortega califica como vitalidad, evidentemente la acepción de cuerpo, a la que nuestro autor se refiere, tiene que ver con la noción de «carne», pues «no vemos nunca el cuerpo del hom bre como simple cuerpo, sino siempre como carne, es decir: como una forma espacial cargada, cuasi eléctricamente, de alusiones a la intimidad. Ha sido el idealismo europeo de las dos últimas centurias el que ha pretendido ocultar este hecho evidente de nuestra conti nuidad con la carne» 15°. Pero esto lo que revela es que «tras del cuerpo está emboscada el alma»151. O, como señala también en otro pasaje, aludiendo explícitamente a «la funcionalidad simbólica» ante riormente indicada del cuerpo humano: «El cuerpo humano tiene una función de representar un alma; por eso, mirarlo es más bien interpretarlo. El cuerpo humano es lo que es y, “además”, significa lo que él no es: un alma. La carne del hombre manifiesta algo latente, tiene significación, expresa un sentido»152. Y así entendemos ahora por qué, o en qué sentido, nuestro autor, al referirse al estrato de la vitalidad, habla también de «alma corporal, carnal», etc.: 148 «Hay, en efecto, dos especies de cuerpo: el mineral y la carne. Podrán en última instancia analítica ser lo mismo; pero como fenómenos, como aspectos, son esencialmente diversos» (O rtega , /. c., 577, 578, 579). 149 O rtega , /. c., 579. 150 O rtega , /. c., 580. Vitalidad, alma y espíritu, II, 454. 151 O rtega , Sobre la expresión fenómeno cósmico, II, 578. 152 O rtega , /. c., 580.
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