PS_NyG_1995v042n001p0129_0186
172 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO doreligiosas, de que éste es «un tema de insuperable actualidad, porque el hombre europeo se dirige recto a una gigante reivindi cación del cuerpo, a una resurrección de la carne»144; o manifiesta que «esta comprensión de la carne, esta sublime idea eucarística (es) una de las muchas superioridades del catolicismo sobre el pro testantismo» 145. Más, ¿cuál es aquí el sentido de las palabras «cuerpo», «carne», cuya salvación reivindica nuestro autor para sentar sobre tal cimien to la arquitectura de la persona como un todo psíquico? Contra la explicación por la relación «física», el «mutuo influjo», o el paralelismo de alma y cuerpo, que implican «ver la cuestión desde una sola de las vertientes y condenarse al dilema entre espiri- tualismo y materialismo»146, Ortega establece: «Ahora vemos que más allá de estas formas de relacionarse alma y mundo, hay entre ellos un nexo nada físico, un influjo irreal: la funcionalidad simbólica. El mundo como expresión del alma»147. Guiados, entonces, por esta idea del «influjo irreal», de la «expre sividad», o de la «funcionalidad simbólica» del mundo respecto del alma, aproximémonos a lo que viene a ser el sentido del cuerpo para Ortega. Para nuestro autor, cuerpo es una denominación genérica que puede tener dos acepciones específicas: Cabe hablar del fenómeno cuerpo como «cuerpo parejo al mineral»; «cuerpo mineralizado»; «sim ple cuerpo»; «todo exterioridad»; «hombre exterior» meramente, si se quiere, etc. Y es posible, asimismo, hablar del cuerpo como «carne»; como «exteriorización de algo esencialmente interno»; como «expre sión» de una «intimidad que llamamos vida: realidad ésta oculta, ines- pacial — pues toda intimidad, pero, sobre todo, la humana... es inespacial— , un arcano, un secreto»; como «facies» que revela «un 144 O rtega , /. c., 454. 145 O rtega , /. c. 146 O rtega , Sobre la expresión fenómeno cósmico, II, 586). 147 O rtega , /. c.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz