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168 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO ros (pecho valiente del Estado) conexiona el 0ü[xóg o voluntad; y, con el de los amos-filósofos (cabeza de la comunidad), pone en relación el ^oyiorcixov o entendimiento. Y asimismo Aristóteles seña­ ló esta triple tipología en el alma: alma vegetativa, alma sensitiva y alma racional. Basándose directamente en la arqueología, el fundador del psi­ coanálisis, Sigmund Freud, estableció, por su parte, esta otra estrati­ grafía del alma humana arrancando desde el «fondo oscuro» de los impulsos: el «ello», o el inconsciente —las pulsiones— ; el «ego», o el subconsciente — la voluntad— ; y el «super yo», o el consciente —los ideales y normas sociales— . Igualmente, dentro de la corriente filosófica de la Fenomenolo­ gía, está presente una teoría estratigráfica de la persona en dos de los autores del llamado Círculo Muniqués: Max Scheler y Alexander Pfänder. Estos dos autores, y de modo especial Pfänder, ejercieron una notable influencia en la concepción estratigráfica de la persona de Ortega. Al respecto, es de destacar, en particular, el trabajo de Pfänder: G rundproblem e d e r C harakteriolog ie (P roblem as f u n d a ­ mentales d e ca racterolog ía) — repárese en el título— , que aparece publicado en el Jah rbu ch d er Charakteriologie, I, 1924 134. La atención que Pfänder prestó a la interpretación de los fenó­ menos psicológicos, viendo a éstos a partir de una consideración de sus estructuras esenciales y de las relaciones que hay entre ellos, tiene repercusión en Ortega. Por otra parte, aunque sea en el sentido más bien de una inter­ pretación metafísica, es especialmente conocida la estratigrafía de la realidad defendida por el condiscípulo de Ortega en Marburgo: Nikolai Hartmann, la cual, frente a una consideración dualista de la realidad, atraviesa a ésta como una «ley estructural», en palabras de Arnold Gehlen 135. Por último, y aunque en este caso sea ya posterior a la época en que Ortega expone su concepción psicológica de la persona, 134 Curiosamente, es de señalar que existe un ejemplar de esta obra en la Biblioteca de Ortega. 135 Cf. Arnold G eh len , Der Mensch; seine Natur und seine Stellung in der Welt, 12.

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