PS_NyG_1995v042n001p0129_0186
160 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO Frente a una psicología asociacionista o disasociacionista de la conciencia, lo que Ortega propugna es un enfoque psicológico de la antropología filosófica, pero de índole estructural por cuanto se refiere, en efecto, al estudio de: «la estructura de la intimidad humana»89. Representa, pues, el enfoque psicológico orteguiano una perspec tiva que, como reconocerá el mismo Ortega más tarde 90, nos hace ver en ella un cierto paralelismo con la de la psicología comprehensiva de Dilthey. En efecto, también éste, para superar el unilateralismo psicoló gico proveniente de utilizar métodos científico-naturales en el estudio del hombre —piénsese, por ejemplo, en la psicofísica de Fechner o incluso en la psicología de Wundt— reivindica, tomando como base las Ciencias del espíritu, una reflexión precisamente sobre la estructura peculiar de la vida psíquica. Dicho de otro modo, la perspectiva de Ortega sobre la antropología filosófica es ciertamente psicológica. Pero esto en el sentido de que parte del «todo psíquico» —que para Ortega en este caso es la persona— para especificar las partes o componentes. Sin prescindir, antes al contrario, tomando como base la persona como un todo, Ortega pretende dividir, como vamos a ver luego con más detalle, nuestra intimidad, el hombre íntimo —el todo psíquico— en 89 O rteg a , /. c., 455. Vistos comparativamente, diríamos que Freud va de las partes al todo. Ortega, en cambio, «parte del todo psíquico para explicar sus partes». Freud, a través de un mecanismo asociacionista, va de las sensaciones «átomos psí quicos», partes, estratos, al todo psíquico. Ortega, por su parte, trata de esclarecer la estructura de la persona como el todo del que se parte, describiendo los componen tes que la configuran. 90 Cf. O rtega , Guillermo Dilthey y la idea de inda, VI, 170 y ss. Pertinentemen te subraya Laín Entralgo, a propósito de la noción de estructura, cómo ésta, aunque «ningún pensador la ha empleado de un modo tan frecuente y temático como Zubiri», pues «es rigurosamente central en el pensamiento de Zubiri», con todo también «con nombres y sentidos diversos, la filosofía y la ciencia del siglo xx (Dilthey, Ortega, la Gestalpsychologie, Whitehead, Lévi-Strauss) han hecho amplio uso de ella» (cf. Laín Entralgo, El cuerpo humano. Teoría actual, Madrid 1989, 321. Esta referencia, sin embargo, es incompleta por cuanto falta, al menos, una mención importante: la de Martin Heidegger. Recuérdense, en efecto, las incontables veces que, por ejemplo, en El ser y el tiempo son calificados como estructuras los existenciarios.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz