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ORTEGA Y LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA 159 «En España, Ortega y Gasset (1883-1955) había expuesto en un trabajo que puede considerarse de psicología fenomenológica —se refiere al ya también citado Vitalidad , alma y espíritu — ins pirado principalmente en Scheler y Klages»85. Pero esto, no obstante, no debe llevarnos a atribuir a Ortega un psicologismo. Expresamente rechaza él una «psicología elemen tal» que habla meramente de «elementos abstractos» para explicar lo que es el alma. Cual nueva «física del alma», tal psicología, de ori gen en último término disasociacionista-asociacionista, no puede permitirnos comprender lo que es la intimidad humana 86. Frente al desintegrador procedimiento atomista de la «psicología elemental» que procede desde la descomposición del alma en sus ingredientes abstractos, Ortega estima que «ha llegado la hora para for marnos una idea más total y compleja de la intimidad humana» y viene a concluir acentuando la necesidad de afirmar «conjuntos esenciales». Ahora bien, ¿qué mienta nuestro autor con esta última expresión?87. Con ella, Ortega nos orienta sobre el sentido que confiere a la antropología filosófica: «Me parece más fecunda una teoría psicológica — señala en contraposición a Freud— que no atomiza la conciencia, explicán dola como mero resultado de asociaciones y disociaciones entre elementos sueltos»88. 85 Cf. en Philip L e rsch , La estructura de la personalidad, 8.a edic. esp., revisa da de acuerdo con el autor, e introducción de Ramón Sarro, Barcelona 1971, XX. En general, sobre las ideas psicológicas de Ortega, cf. Luis P in illo s, Las investigaciones psicológicas de Ortega, Teorema, XIII, 3-4, 1983, 495-503. 86 «¿Cómo es la figura y la anatomía de lo que vagamente solemos llamar “alma”? Aunque parezca mentira, la psicología de los últimos cien años no ha hecho sino alejarse de este asunto, al cual se ve hoy forzada a retornar... Los psicólogos del pasado siglo se propusieron exclusivamente hacer una física del alma, y por ello se interesaron sólo en descomponer ésta en sus elementos abstractos y genéricos. Las leyes de la asociación de ideas fueron el contrapuesto de las teges motus que la mecánica de Newton había instaurado. De esta manera, se llegó a una psicología elemental, a una teoría de los elementos abstractos, no de los conjuntos concretos» ( O r t e g a , Vitalidad, alma y espíritu, II, 455). 87 O r te g a , /. c. 88 O r te g a , /. c., 452.
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