PS_NyG_1995v042n001p0129_0186
ORTEGA Y LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA 143 de «vida pasajera», de «vida espontánea» o meramente de «esponta neidad», de lo «simplemente vital»42, de «vitalidad», «vitalidad prima ria», «vida inmediata», «vida concreta», de «vida psíquica», «fondo vital», «vida excéntrica»43, de «razón vital», de «vida» sin más, de «vida per sonal», de «vida social», de «vida humana»..., etc . 44 Es más, algunos de estos términos, o sus significados correlativos, tampoco se suce den estrictamente de modo que, en una perspectiva cronológica, pudiéramos referirlos a un momento preciso y exclusivo. Al contra rio, no sólo es posible comprobar cómo a los mismos términos corresponden, en ocasiones, sentidos no del todo coincidentes en momentos diversos, sino que, además, también puede constatarse la simultánea presencia de variantes, o acepciones distintas, relaciona das en general con el concepto de vida, en lo que puede conside rarse como una misma época del pensamiento de Ortega. Con todo, y a pesar de lo que acabamos de decir podemos, no obstante, g lobalm en te señalar tres etapas —que, insisto, no quere mos entender como separadas por cortes rígidos entre ellas, pues no los hay realmente— en relación con la evolución del concepto de vida en Ortega. Hacemos esto basándonos en el hecho de que, por ejemplo, en las M ed ita cion es d el Quijote (1914) predomina un enfoque o perspectiva general de la vida diferente de la que cabe observar hasta muy avanzada la década de los años veinte y, por supuesto, desde muy cerca ya de los años treinta en adelante. El curso sobre El tema d e nuestro tiempo (1923) o las lecciones en torno a ¿Qué es filo s o fía ? (1929) evidencian, ciertamente, cómo el concepto de vida va progresando en Ortega hacia una formulación que, por nuestra parte, queremos calificar de más ontologica en el llamado «Ortega maduro» o posterior a los años treinta, aproximadamente. Evidentemente, con esta evolución general observable en el concepto de vida del pensador hispánico, tiene mucho que ver la repercusión que en él van teniendo distintos autores. Mientras en 42 Cf. O rtega , Meditaciones del Quijote, I, 357. 43 Cf. O rtega , Vitalidad, alma y espíritu, II, cit. 44 Cf. e n O rtega , en tre o tro s: El tema de nuestro tiempo, III; Ni vitalismo ni raciovitalismo, III; Vitalidad, alma y espíritu, II; ¿Qué es filosofía?, VII; Guillermo Dilthey y la idea de la vida, VI; El hombre y la gente, VII, etc.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz