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ORTEGA Y LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA 141 «Se ha hablado siempre, no obstante mis protestas, de mi vita­ lismo; pero nadie ha intentado pensar juntas... las expresiones “razón” y “vital”. Nadie, en suma, ha hablado de mi “racio-vitalis- mo”. Y aún ahora, después de subrayarlo, ¿cuántos podrán enten­ derlo —entender la Crítica de la razón vital — que en este libro se anuncia?»39. Por nuestra parte, la mención al término «vitalismo», que acaba­ mos de hacer, sólo tiene un sentido provisional. No pretendemos con ello otra cosa que orientar desde el primer momento, y sin entrar aún en las pertinentes concreciones ulteriores, sobre cómo por relación al concepto de vida como centro de convergencia, o punto último de referencia, de toda la problemática filosófica que nuestro autor expresa sobre el hombre, podría ser también posible abordar la concepción de la antropología filosófica en la obra de Ortega en cuanto reflexión más o menos unitaria sobre el hombre. Lo cual no excluye, sin embargo, el que, para un mayor esclareci­ miento, no debamos hacer luego referencia a las relaciones entre «vida» y «razón» que demanda la expresión conjunta «razón vital». Al acentuar la vida como centro de referencia de la problemáti­ ca filosófica sobre el hombre, poniendo de relieve el carácter fun­ damental y omnicomprehensivo de aquélla, demarcamos y diferen­ ciamos, desde el primer momento, el modo de ser específico de la filosófica concepción orteguiana del hombre frente a otras concep­ ciones de la antropología filosófica, que resaltan otra categoría uni­ versal distinta. Dicho de otra manera, establecemos, de modo principal, y desde el punto de vista estructurador de la concepción orteguiana del hombre, que la categoría de la vida puede entenderse en nues­ tro autor como desempeñando una función similar a la que repre­ senta en la antropología filosófica, por ejemplo, de Feuerbach, la sensibilidad; la corporalidad en Nietzsche; el espíritu en Max Sche- ler; la facticidad proyectiva en Heidegger; la excentricidad en Hel- muth Plessner; la acción en Arnold Gehlen; la cultura en Erich Rot- hacker, Michael Landmann, etc. 39 O rtega , Goethe desde dentro, IV, 404.

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