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138 JOSÉ LUIS RODRIGUEZ MOLINERO segunda forma psíquica esencial de ésta: la conducta instintiva. “Existe -dice Scheler- ya en la existencia vegetativa el fen óm en o ori­ g in a r io d e la expresión (das Urphänomen des Ausdrucks), cierta fisiognómica de los estados internos, o de los estados del impulso afectivo como ser íntimo (Innenseins), tales como: marchito, lozano, exuberante, pobre, etc. La “expresión” es, en efecto, un fenómeno originario de la vida»33. Y, anteriormente, en su Antropología en sentido pragmático, el propio Kant abordó también la problemática de la «expresión» en su sentido antropológico al señalar el siguiente objetivo a lo que es el contenido de la segunda parte de dicha publicación: De la m an era d e cono cer el interior del hom bre p o r el exterior. Mas en concreto, en el lugar mencionado trata Kant de la fisio­ gnómica, que define como el «arte de juzgar por los rasgos visibles de una persona o, en consecuencia, por lo exterior acerca de su interior» 34, con la conocida riqueza de detalles y curiosidades que abundan, por lo demás, en toda esa obra. Volviendo a nuestro siglo, la problemática de los gestos, o de la expresividad humana en general, ha tenido un eco significativo, por ejemplo, en el fundador de la caracteriología moderna, Ludwig Klages; en el conocido autor de la Escuela de Psicologia de Viena, Karl Bühler, o en la psicología de la personalidad de Philip Lersch 35, etc., y, sobre todo, en uno de los autores más importantes y fecun- 33 Cf. Max S cheler , Die Stellung..., 15; trad. esp., El puesto del hombre..., 31-32. 34 Cf. I. K ant , Anthropologie in pragmatischer Hinsicht, en: Werke, XII, Suhr- kamp Verlag, Frankfurt a. Main 1964, 270-278. Trad. esp. de José Gaos, Antropología en sentido pragmático, 1991. O rtega mismo alude también a la fisiognómica: «En el simbolismo fisiognómi- co, que es siempre tan certero, vemos esto confirmado: el gesto “serio” es síntoma biológico de depresión, de balance vital poco favorable. La energía orgánica no llega a más que a la frontera del cuerpo, incapaz de añadir al movimiento ineludible el suplemento lujoso de movilidad que es la sonrisa» (O rtega , La inteligencia de los chimpancés, III, 575). 35 M encionemos algunas publicaciones al respecto: Ludwig K lages , Ausdrucks­ bewegung und Gestaltungskraft, Leipzig 1923; Karl B ühler , Ausdruckstheorie, Jena 1933; Philip L ersch , Gesicht und Seele, München 1932. O tros trabajos im portantes son tam bién los de G. H. F ischer , Ausdruck und Persönlichkeit, Leipzig 1934; H. S trehle , Analyse des Gebarens, Berlin 1935.

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