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LA ORDENACIÓN SACERDOTAL DE LA MUJER. 119 1989 la presbítera Bárbara Harris, de raza negra y de cincuenta y ocho años de edad, se convertía en la primera mujer obispo en la Iglesia episcopaliana de Estados Unidos. Nada importa que sea de raza negra o blanca, pero a esto se añade una situación nada reco­ mendable: se trata de una divorciada. Esta situación matrimonial no parece la más indicada para la que había de ser la primera mujer obispo. En diciembre de 1990 otra mujer de la misma Iglesia fue con­ sagrada como obispo titular de Dunedin, en Nueva Zelanda: la pres­ bítera Penèlope Jamieson, de cuareta y siete años y madre de tres hijas. Continuarán otras ordenaciones en los años siguientes. Con estos datos por delante iba a celebrarse el Sínodo General de Inglaterra en noviembre de 1992, en el que se debía tomar una decisión histórica. A fines de 1992 la situación real se refleja en la siguiente estadística: 1.959 diaconisas; 1.381 mujeres sacerdotes y tres mujeres obipos en el conjunto de la Comunión anglicana. Es indudable que esta situación influyó no poco en la toma de decisio­ nes. Muchos hubieran preferido una discusión serena y profunda y proceder con calma, sin la presión y el temor de una ruptura, si se retrasaba la decisión del Sínodo. El día 11 de noviembre de 1992 el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra aprobó la legislación que introduce la ordenación de las mujeres al sacerdocio. En la relación a favor presentada por el obipo de Guildford, Michael Adie, se dice: «Recientemente la Iglesia de Inglaterra se ha enriquecido con la presencia de mujeres autorizadas a ejercer el ministerio de lectoras, acolitas y diaconisas... La cuestión sobre la que hoy hemos de decidir es si las muje­ res, así como son lectoras y diaconisas, pueden ser también sacer­ dotes. Propongo al Sínodo que la respuesta sea “Sí”... La ordenación de las mujeres al sacerdocio es un desarrollo bien meditado, cohe­ rente con la Escritura y que responde a la Tradición»13. Adujo argumentos bíblicos y culturales. Desde el punto de vista de la representatividad, Michael Adie afirma que el ministerio orde­ nado representa a todo el pueblo de Dios, varones y mujeres, lo 13 Cf. Il Regno 696 (1993) 55-64. Texto cit., p. 56.

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