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LA ORDENACIÓN SACERDOTAL DE LA MUJER... 117 5. Juan Pablo II resalta el hecho de que en Inglaterra no se haya tomado aún ninguna decisión definitiva sobre la ordenación de mujeres y se hace cargo de la delicada situación del arzobispo de Cantorbery, dada la autonomía de que gozan las diversas provincias para decidir estas cuestio­ nes. Alude luego el Papa a los problemas que pueden surgir en las provin­ cias opuestas a la ordenación de mujeres en el caso de que llegara a haber mujeres sacerdotes en la Iglesia de Inglaterra, y concluye: «Al dirigirme de forma tan directa a Vuestra Gracia en este asunto, qui­ siera insistir en que mi motivación es únicamente la de servir a la búsque­ da de la unidad, en la que nuestros predecesores el papa Pablo VI y el arzobispo Michael Ramsey se empeñaron en 1966; empeño que Vos mismo y yo hemos renovado con ocasión de mi visita a Cantorbery en 1982” 10. Encuentro oficial entre Robert Runde y Juan Pablo II El último intercambio de alto nivel, por ahora, sobre este tema lo constituye el encuentro de Juan Pablo II con el arzobispo de Can­ torbery, en Roma, el 30 de septiembre de 1989. En la Iglesia roma­ na de los santos Andrés y Gregorio celebraron unas vísperas en común. Ambos pronunciaron una homilía, en la que se refirieron a los problemas de la ordenación de la mujer, manteniendo sus res­ pectivas posiciones. El Dr. Runcie se remontó a los orígenes del cristianismo y evocó también los comienzos de la fe cristiana en Inglaterra. Citó la histo­ ria de Beda el Venerable, el cual narra que san Agustín, el apóstol de los ingleses enviado por san Gregorio Magno, se quedó perplejo al constatar que «siendo una la fe, eran diversas las costumbres en unas y otras Iglesias», y pidió consejo al papa Gregorio. Éste le con­ testó que «escogiera con cuidado lo que hallase ser más grato a Dios, ya fuese de la Iglesia romana, o de las Galias, o de cualquier otra, y que eso lo enseñase en la Iglesia de Inglaterra. Porque las cosas no han de ser amadas por los lugares, sino los lugares por sus cosas buenas»11. 10 Texto completo de ambas cartas en A. G on zález M o n tes , Ench.Oecum., 2, pp. 772-776; en Ecclesia n. 2.441, 49 (1989) 1337-1338. 11 Cf. Beda el Venerable, Historia ecclesiastica, I, 1, cap. 27, 2; PL 95, 58-59.

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